Reportaje:

LeBron, rey sin corona

Los Celtics eliminan a los Cavaliers y abren muchas dudas sobre el futuro de la gran estrella de la NBA

LeBron James personifica en grado superlativo la crueldad que puede deparar el deporte. La derrota y el fracaso alcanzan su máxima expresión cuando arramblan con una estrella. Y LeBron James lo es. Desde que dio el salto, con 17 años, desde su Akron natal a la NBA. Es el mayor icono del baloncesto mundial y ha sido elegido dos veces seguidas el mejor jugador de la competición. Por eso, cuando los Celtics dieron carpetazo al sexto partido (94-85) y consumaron la eliminación de los Cavaliers por 4-2, todas las miradas estaban puestos sobre LeBron. Era la viva imagen del fracaso, del héroe caído;...

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LeBron James personifica en grado superlativo la crueldad que puede deparar el deporte. La derrota y el fracaso alcanzan su máxima expresión cuando arramblan con una estrella. Y LeBron James lo es. Desde que dio el salto, con 17 años, desde su Akron natal a la NBA. Es el mayor icono del baloncesto mundial y ha sido elegido dos veces seguidas el mejor jugador de la competición. Por eso, cuando los Celtics dieron carpetazo al sexto partido (94-85) y consumaron la eliminación de los Cavaliers por 4-2, todas las miradas estaban puestos sobre LeBron. Era la viva imagen del fracaso, del héroe caído; la consumación del quiero y no puedo de toda una ciudad, Cleveland, volcada en el intento de acompañar a su gran estrella y alcanzar un título a escala nacional y mundial. Ya no habrá el ansiado duelo por el anillo entre LeBron y Kobe Bryant.

Tras la derrota, lanzó la camiseta al suelo del vestuario

Las esperanzas eran esta vez mayores si cabe que en temporadas precedentes. Se había apuntalado el equipo con el fichaje de O'Neal y Jamison, además de la repesca de Ilgauskas. Y respondió en la fase liguera. Fue el mejor. Sumó 61 victorias. Eso le daba la ventaja de campo en todos los playoffs. Pero de nada sirvió. Los Celtics, sensacionales en la defensa como hace dos años cuando ganaron el título, demostraron la calidad de su Big Three, Garnett, Pierce y Ray Allen, y los progresos de su cada vez menos discutido base, Rajon Rondo, además de la excelente dirección del entrenador, Doc Rivers, y la aportación desde el banquillo del díscolo Rasheed Wallace y de Tony Allen.

LeBron cumplió sobradamente a nivel estadístico en el último envite con 27 puntos, 19 rebotes y 10 asistencias. Pero sus porcentajes no fueron los mejores y cometió nueve pérdidas del balón, uno de los talones de Aquiles de los Cavaliers.

El público del Boston Garden coreó con sorna el nombre de los Knicks, uno de los posibles destinos de LeBron la próxima temporada, en la que quedará libre y podrá negociar personalmente su fichaje. Se habla también de Miami y Chicago y tampoco se descarta que pueda quedarse en Cleveland. Aunque eso parece difícil. Acabado el partido, se quitó la camiseta y la lanzó al suelo del vestuario en una imagen posiblemente delatora de sus intenciones. Desde que debutó en 2003, es la cuarta vez que los Cavaliers disputan las eliminatorias finales y sólo una llegaron a la final, en 2007, y perdieron (4-0) ante los Spurs de San Antonio.

"Antes que nada, debo felicitar a los Celtics. Que el curso haya acabado ya para nosotros, sin embargo, es una sorpresa. Pero hay lo que hay. No sé qué haré en el futuro. Nunca he querido poner excusas. La lesión en un codo tal vez me haya impedido rendir al máximo", manifestó LeBron.

Los Celtics disputarán la final del Este contra Orlando a partir de mañana y con ventaja de campo para los Magic. El equipo de Gasol iniciará la del Oeste ante Phoenix el lunes en Los Ángeles.

LeBron James, durante el último partido contra los Celtics.REUTERS

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