Reportaje:LIGA EUROPA

Recibir, girar y pegar

Bobby Zamora destaca por su facilidad para jugar con el cuerpo y soltar latigazos

Robert Lester Zamora, Bobby, (Londres; 1981) se recorría cada tarde el barrio residencial londinense de Newham con la mochila a cuestas y las botas en la mano. Dirección Senrab Football Club, escuela que ya había sacado a talentos como Sol Campbell (Arsenal) o Lee Bowyer (Birmingham). A su lado caminaban tres chicos -John Terry (Chelsea), Ledley King y Jermain Defoe (Tottenham)- de idénticas aspiraciones. "Queríamos llegar a la Premier", recuerda Zamora; "pero hacerlo los cuatro es una locura". Ahora Zamora, de fuerte envergadura, afronta otro reto: la final de la Liga Europa.

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Robert Lester Zamora, Bobby, (Londres; 1981) se recorría cada tarde el barrio residencial londinense de Newham con la mochila a cuestas y las botas en la mano. Dirección Senrab Football Club, escuela que ya había sacado a talentos como Sol Campbell (Arsenal) o Lee Bowyer (Birmingham). A su lado caminaban tres chicos -John Terry (Chelsea), Ledley King y Jermain Defoe (Tottenham)- de idénticas aspiraciones. "Queríamos llegar a la Premier", recuerda Zamora; "pero hacerlo los cuatro es una locura". Ahora Zamora, de fuerte envergadura, afronta otro reto: la final de la Liga Europa.

Aunque tiene el tendón de Aquiles a la virulé, Zamora no se quiere perder el duelo por nada del mundo. "Cruzamos los dedos para que se recupere porque está desesperado por jugar", admite su compañero Hughes. Los Cottagers ganan mucho con su presencia. "Siempre te vence en el choque", destaca Steven Pienaar (Everton); "no es el único ariete del Fulham, pero sí el que tiene más peligro cuando coge la pelota dentro del área". Amplía Benni McCarthy (West Ham): "Absorbe la pelota, se gira y remata. Uno, dos y tres". "Por eso hay que mantenerle fuera del área", aclara Cuéllar (West Ham).

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El éxito de Zamora, en cualquier caso, es repentino. Por más que destacara en el Brighton & Hove Albion (que sería un Segunda B) con 77 goles en 130 partidos, su efectividad se diluyó en el Tottenham y en el West Ham (18 en 95). Lo mismo le ocurrió en el Fulham el año anterior, saldado con cuatro tantos. Poco le importó a Trinidad y Tobago, que intentó repescarle en 2005 y 2009, consciente de las raíces paternales de Bobby. "Quiero centrarme en el West Ham", se justificó la primera vez. En la segunda, se lesionó en el entrenamiento previo al partido contra El Salvador, clasificatorio para el Mundial 2010. Y no volvió, esperanzado en debutar con Inglaterra. El seleccionador Capello, sin embargo, lo obvió anoche. No así Craven Cottage, que ha disfrutado de la mejor versión del ariete en este curso, con 17 goles (8 en la Liga, seis en Europa y tres en la Copa). "Participo en el juego del equipo y ayudo en defensa", señala Zamora. Y si coge la pelota en el área, remata.

Bobby Zamora.REUTERS

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