Reportaje:

"El Madrid no se rinde nunca"

El Zaragoza se queja del árbitro y Pellegrini recuerda que la Liga no depende de su equipo mientras Raúl destaca la competitividad blanca

Kaká corría como un descosido por la banda con los brazos abiertos, Guti cerraba el puño al tiempo que enseñaba los dientes y Casillas se tiraba al suelo para luego dar las gracias en dirección al cielo. El gol de Kaká le supo a gloria al Madrid, que no se descabalga de la Liga antes de tiempo, que no cede terreno en la persecución, que tira el gancho y el aliento a la nuca del Barça, líder por un punto y a falta de cuatro jornadas. "Sabíamos que nos iba a costar, es un resultado importante", concedió Gago. "Necesitábamos la victoria", remarcó Xabi Alonso. Raúl, a quien se le presuponía acabad...

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Kaká corría como un descosido por la banda con los brazos abiertos, Guti cerraba el puño al tiempo que enseñaba los dientes y Casillas se tiraba al suelo para luego dar las gracias en dirección al cielo. El gol de Kaká le supo a gloria al Madrid, que no se descabalga de la Liga antes de tiempo, que no cede terreno en la persecución, que tira el gancho y el aliento a la nuca del Barça, líder por un punto y a falta de cuatro jornadas. "Sabíamos que nos iba a costar, es un resultado importante", concedió Gago. "Necesitábamos la victoria", remarcó Xabi Alonso. Raúl, a quien se le presuponía acabado desde los burladeros más ácidos, y Kaká, en teoría desactivado por su pubalgia, fueron los revulsivos del Madrid, los goleadores. "Pero la Liga no depende de nosotros", se lamentó Manuel Pellegrini, técnico madridista, que también resaltó las patadas recibidas, el duelo amoratado que le planteó el adversario. Aun así, la escuadra de Chamartín igualó, con 28 partidos ganados, el mayor número de victorias conseguidas por un club en una misma campaña de Liga. El récord lo mantenía en solitario el propio Madrid desde el curso de 1987-88. Entonces le dirigía el holandés Leo Beenhakker.

Pellegrini fue claro en el vestuario antes de empezar el partido. "Ellos van a ir muy fuertes. ¡Cabeza fría!", advirtió. Tras el encuentro aclaró su hipótesis. "Nos hemos medido con un equipo competitivo aunque también agresivo. Defiende muy bien, pero a veces con un exceso de rudeza. Quizá sabe que es la mejor manera de parar los partidos", reveló Pellegrini. Para José Aurelio Gay, entrenador del Zaragoza, la historia fue bien distinta. "No pienso lo mismo", respondió con el gesto torcido, molesto incluso por la pregunta; "teníamos que hacer un partido intenso pero Undiano no nos ha dejado ni estar cerca del rival, no como ocurrió en el Espanyol-Barça que arbitró la semana anterior". No se mordió la lengua Gay: "Es verdad que la expulsión de Contini es clara, pero ha habido 22 faltas por 21 y las tarjetas para nosotros. También Colunga ha sufrido un penalti como una casa. La verdad es que el colegiado es determinante y tiene algo que ver en el resultado". Un resultado, en cualquier caso, que mantiene el empuje del Madrid.

El primer tanto lo firmó Raúl, que se recuperó antes de tiempo de una lesión muscular y que lo evidenció en La Romareda, donde siempre mantuvo un idilio, donde debutó una tarde de octubre de 1994 y donde se llevó anoche una ovación de gala, con el público de pie y sin rencor por el tanto, quizá a modo de despedida porque no se sabe si el jugador seguirá en el Madrid. "Lo importante es que hemos vuelto a ser competitivos", señaló Raúl a pie de césped, cuando ya sabía que tenía un esguince en el tobillo derecho. "Está pendiente de evolución", reseñaron desde los servicios médicos. Su tanto, con el pie y tobillo malo, no fue banal; no sólo impulsó al Madrid, sino que situó al siete como tercer máximo artillero de la Liga (228 dianas), por delante de Di Stéfano (227) y sólo por detrás de Hugo Sánchez (234) y Telmo Zarra (251). La objeción la pusieron Colunga con su gol y la atronadora megafonía, que despedía el estribillo famoso de Paquito el Chocolatero. "Nos han pillado por sorpresa", señaló Gago. "No hemos podido hacer nada", añadió Xabi Alonso. A lo que Gago recogió de nuevo el testigo: "Pero hemos mantenido la misma idea de juego: tener la posesión de la pelota y hacerlo en campo contrario". La última palabra, la estocada, corrió por parte de Kaká. "Lo ha hecho mejor que bien; nos ha dado la vida", reconoció Alonso. "Aunque quizá no rendía a la exigencia que se le reclamaba, Ricardo siempre fue muy importante", amplió Pellegrini.

Kaká y Raúl mantienen el pulso de la Liga. "Quedan 12 puntos y esto se resolverá al final", indicó Pellegrini; "el Barça tiene que empatar algún partido, pero estamos moralmente fuertes". Así lo entendió Gay: "Es complicado luchar contra el Madrid, que no se rinde nunca". Le faltará, sin embargo, Van der Vaart, baja para dos semanas como mínimo por una rotura en el bíceps femoral pierna izquierda. Pero siempre queda Raúl, que aparece cuando menos se le espera. Como anoche en La Romareda, como anoche Kaká.

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