Para consumo responsable

Un disco sin singles y sin estribillos. Una manera extraña de anunciar el segundo disco de MGMT, uno de los pocos grupos de apariencia indie capaces de trascender el nicho. ¿Y cómo suena? Como todo (no confundir con como todos, pues suena como ninguno). ¿Y tiene estribillos? Decenas, pero no los busques en el compás en el que se supone que deben aparecer. ¿Y singles? Cada canción tiene un minuto que podría ser single. En fin, ¿vale la pena? Bueno, es exagerado, a ratos ridículo, a ratos genial, ambicioso en el peor sentido del término y conceptual en el mejor aspect...

Un disco sin singles y sin estribillos. Una manera extraña de anunciar el segundo disco de MGMT, uno de los pocos grupos de apariencia indie capaces de trascender el nicho. ¿Y cómo suena? Como todo (no confundir con como todos, pues suena como ninguno). ¿Y tiene estribillos? Decenas, pero no los busques en el compás en el que se supone que deben aparecer. ¿Y singles? Cada canción tiene un minuto que podría ser single. En fin, ¿vale la pena? Bueno, es exagerado, a ratos ridículo, a ratos genial, ambicioso en el peor sentido del término y conceptual en el mejor aspecto de la palabra. Sólo digerible si se consume con responsabilidad.