Goles de todas las formas y colores

"No sé si el presidente podría comprar con dinero a un jugador así en el mercado", decía en la noche del miércoles el técnico del Barcelona, Pep Guardiola, sobre uno de sus pupilos, Pedro Rodríguez, que había culminado una acción sorprendente en un equipo habituado a sobar el balón para fatiga de sus rivales. Pero contra el Deportivo aquella táctica, la que lo ha elevado a ser el mejor del mundo, no terminaba de cuajar. Entonces, Valdés se sacó un as de la manga: adivinó una carrera de Alves, sacó en largo, Aranzubia rechazó y la fortuna colocó el balón a los pies de Pedro.

El canario, ...

"No sé si el presidente podría comprar con dinero a un jugador así en el mercado", decía en la noche del miércoles el técnico del Barcelona, Pep Guardiola, sobre uno de sus pupilos, Pedro Rodríguez, que había culminado una acción sorprendente en un equipo habituado a sobar el balón para fatiga de sus rivales. Pero contra el Deportivo aquella táctica, la que lo ha elevado a ser el mejor del mundo, no terminaba de cuajar. Entonces, Valdés se sacó un as de la manga: adivinó una carrera de Alves, sacó en largo, Aranzubia rechazó y la fortuna colocó el balón a los pies de Pedro.

El canario, que ya se convirtió a finales del año pasado en el primer futbolista que ha logrado marcar en todas las competiciones en un mismo curso, se ha propuesto también marcar goles de todas las formas y colores. El del miércoles lo firmó con la zurda, casi desde el centro del campo (a 43 metros de la portería) y sin control previo: era un balón muerto, que enganchó con el empeine y que dibujó una parábola antes de colarse por la escuadra derecha. El extremo zurdo, formado en La Masía, ya suma 19.

No le da vértigo su evolución, sólo los piropos. "Se sonroja", dice Guardiola

Diecinueve goles repartidos entre todas las competiciones, marcados con ambas piernas (ocho con el pie izquierdo y 10 con el derecho) y uno con la cabeza, a bocajarro, desde el área chica, desde el área grande, en jugadas elaboradas o al contraataque...

Entre los tantos de Pedro, algunos han sido bellos, como el del miércoles -el segundo del Barça (ganó 3-0)-, como los dos que endosó al Mallorca en el Camp Nou (4-2) -el primero, a pase de Ibrahimovic: cruzó el balón con la zurda-; como el primero contra el Mallorca en Palma (0-2): un remate desde fuera del área cuando el juego en corto no daba resultado; como el que le hizo al Madrid en el Bernabéu (0-2): lanzó un sprint, recibió de Xavi y dio un toque, sutil, con la izquierda.

Como los que ha marcado en competición europea. Contra el Dinamo de Kiev (2-0) marcó el segundo: un disparo ajustado a un poste. Contra el Inter también sentenció (0-2) con un tiro cruzado tras empalmar un centro de Alves.

Otros de sus goles han sido decisivos. Firmó las victorias contra el Almería (1-0) y el Sporting (0-1) en la Liga, así como el empate contra el Villarreal (1-1), y fue esencial ante el Mallorca (4-2) y el Málaga (2-1) junto a Messi. Además, suyo fue el gol de la victoria en la Supercopa de Europa, el pasado verano, ante el Shaktar Donetsk (1-0). Lo marcó en la prórroga tras una excelente combinación con Messi. Suyo fue el tanto que dio la victoria al Barça en la ida de la Supercopa ante el Athletic (1-2). Y también el del empate frente al Estudiantes de La Plata en la final del Mundial de clubes (1-2), su único gol de cabeza.

Diecinueve goles. Sólo uno menos que Ibrahimovic. "Pedro es un jugador muy importante para nosotros. Marcó un golazo y cada día crece más y más como futbolista", aseguraba ayer Touré. Hace no mucho le llamaban Pedrito. Jugaba en Tercera, en campos de tierra. Hace un curso apenas disputó 527 minutos entre las tres competiciones. No marcó ningún gol. Pero el salto no le da vértigo alguno. Tan sólo parecen incomodarle los halagos: "Se sonroja si le piropeas", concede Guardiola.