La trama corrupta sacó un beneficio del 55% en las ferias de Turismo

Las ferias de Turismo se convirtieron en un suculento negocio para Álvaro Pérez, El Bigotes, responsable de Orange Market, y para sus socios en la trama Gürtel, investigada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) por los delitos de cohecho, tráfico de influencias con dirigentes del PP, blanqueo de capitales, fraude fiscal y asociación ilícita. Un negocio que llegó a suponer unos beneficios de hasta el 55% de lo facturado. Las ofertas de Orange Market no eran las más baratas, aunque eso no evitó que ganara durante cinco años los concursos convocados por la Agencia Valencian...

Las ferias de Turismo se convirtieron en un suculento negocio para Álvaro Pérez, El Bigotes, responsable de Orange Market, y para sus socios en la trama Gürtel, investigada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) por los delitos de cohecho, tráfico de influencias con dirigentes del PP, blanqueo de capitales, fraude fiscal y asociación ilícita. Un negocio que llegó a suponer unos beneficios de hasta el 55% de lo facturado. Las ofertas de Orange Market no eran las más baratas, aunque eso no evitó que ganara durante cinco años los concursos convocados por la Agencia Valenciana de Turismo, dirigida en las tres primeras convocatorias por la entonces consejera de Turismo Milagrosa Martínez, ahora presidenta de las Cortes.

El levantamiento del secreto del sumario del caso Gürtel ha permitido ahora conocer unos documentos internos de las empresas de Correa que revelan los costes reales de algunos actos y el suculento beneficio obtenido. Así, según un correo electrónico de la gerente de Special Events, Alicia Mínguez, en 2006 El Bigotes cobró cuatro facturas al Consell por un monto total de 905.603 euros (más de un millón si se suma el IVA). Pero en esos cuatro certámenes, Fitur y las ferias de Valencia, Barcelona y Bilbao, Orange Market solo tuvo unos costes de 404.000 euros, lo que arroja un beneficio de 500.000 euros, el 55,3%.

Unos márgenes sustanciales que se repiten o aumentan en otras firmas de la trama. Por ejemplo, Presidencia pagó en diciembre de 2005 dos facturas, en apariencia por el mismo concepto, por 10.500 euros y por 12.020, de las firmas Boomerangdrive y Downtown Consulting. Se trataba de hacer la creatividad y serigrafiado de 1.200 unidades de memoria USB. Es decir, cada pen drive salió a 18,75 euros. Un profesional del sector afirma que un pen drive cuesta 4,6 euros.

Por otra parte, Orange Market cobró 150.000 euros por organizar una comida en Fitur-2005.