Tentaciones
Entrevista:CINE

Radiografía del naufragio emocional

"Ruptura de la mente. Escisión. Alteración de las endorfinas y la dopamina en el cerebro. Causa desconocida, posiblemente varias. Heredabilidad". En una palabra: esquizofrenia. Tomando esta enfermedad como pretexto, Félix Sabroso y Dunia Ayaso han construido La isla interior, su sexta película. Un largometraje estremecedor que nos enfrenta a uno de los miedos universales: enloquecer.

"¿Dónde está el límite? Esa es la pregunta que plantea la película: ¿dónde está la normalidad?", arranca Sabroso. "Eres igual que tu padre, la niña es clavadita a su tía… ¡Crecemos escuchando esas fr...

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"Ruptura de la mente. Escisión. Alteración de las endorfinas y la dopamina en el cerebro. Causa desconocida, posiblemente varias. Heredabilidad". En una palabra: esquizofrenia. Tomando esta enfermedad como pretexto, Félix Sabroso y Dunia Ayaso han construido La isla interior, su sexta película. Un largometraje estremecedor que nos enfrenta a uno de los miedos universales: enloquecer.

"¿Dónde está el límite? Esa es la pregunta que plantea la película: ¿dónde está la normalidad?", arranca Sabroso. "Eres igual que tu padre, la niña es clavadita a su tía… ¡Crecemos escuchando esas frases! Se nos convence de que estamos abocados a ser un calco de nuestros progenitores. Y eso se convierte en algo aterrador… Las palabras crean realidades", continúa Dunia. Félix la secunda: "Queríamos hablar fundamentalmente de la herencia, no sólo la genética, sino también la emocional, la educacional; lo que cargamos de nuestros padres. Al hacer el dibujo de la vida adulta, esa herencia se convierte en una especie de lastre. Ese es el germen de esta historia".

"Se nos convence de que estamos abocados a ser como nuestros padres. Es aterrador"

¿Por qué sufrimos? Hay veces que uno siente tanto amor que necesita escupir, para expulsar un poco si nadie le abraza. Hay veces que uno entra en pánico al sentir que va a perder el control. "Eso, el 50% de la humanidad; el otro 50% ya lo ha perdido", escuchamos en la película en boca de uno de sus personajes. Dunia lo aclara: "Queríamos exponer esa idea, el hecho de no haber recibido el amor necesario te jode la vida, te desequilibra y dificulta todas tus relaciones". "La peli también nos enfrenta con la culpa. Es la emoción favorita de la familia protagonista: la culpa, el rencor hacia los que ellos creen que tienen una vida mejor, y luego, otra vez la culpa", completa Félix.

De hecho nos avisan desde el principio con una cita del escritor mexicano Carlos Fuentes: "Vengo de una familia en la que cada miembro dañaba a los demás. Luego, arrepentidos, cada uno se dañaba a sí mismo". El corazón se encoge, se prepara para contemplar lo que se avecina: el reencuentro tras la muerte de un padre esquizofrénico de una familia desmoronada. Los acontecimientos anteriores y posteriores nos ayudan a comprender sus dificultades emocionales.

La pareja hubo de ser inasequible al desaliento para levantar el proyecto. Como cuenta Félix, "este guión ha estado en la mesa de todos los productores de este país, pero no se atrevían a producirlo. Les parecía un cambio de registro excesivamente brusco en nuestra filmografía". Parecían olvidar que, tras las comedias alocadas de sus inicios (Perdona, bonita, pero Lucas me quería a mí o Descongélate!), Félix y Dunia han escorado recientemente hacia aguas más agridulces y reflexivas con la serie Mujeres o su anterior película, la injustamente ignorada Los años desnudos. Finalmente, no les quedó otra que lanzarse a producirla ellos mismos con el apoyo de una joven productora, Mecanismo Films.

Uno de los pilares de la cinta es el salto sin red al que se han sometido sus actores. "Estaba escrita para las chicas: Geraldine Chaplin, Candela Peña y Cristina Marcos. Sólo Alberto San Juan se incorporó después", comenta Dunia. Félix la interrumpe: "¡Para las chicas y para Celso Bugallo!". "¡Es verdad!". "Este guión ha sido un vómito emocional", continúa Félix. "Lo escribí tras la muerte de mi padre, sufriendo su pérdida y aterrado. No podía ni levantarme de la cama, allí lo escribí". "Además hemos rodado en el que era nuestro colegio", confiesa Dunia, "en el hospital en que murió el padre de Félix, incluso las casas de los personajes son casas de amigos. Ha sido una experiencia tan catártica como dolorosa".

No es la primera vez que Félix y Dunia construyen ficción dentro de la ficción. En este caso, Cristina Marcos es actriz en una serie de éxito, y protagoniza alguna de las secuencias más brillantes. "Nos resultaba interesante el hecho de que un personaje con ese estado mental se dedicara a encarnar otras realidades". Esto aporta al filme cierto tono almodovariano, lo paradójico es que también es la película de estos realizadores canarios en la que menos se detecta la intención de homenajear al manchego. "La influencia de Pedro es inevitable", Félix sonríe. "Descubrir su cine fue uno de los estímulos para empezar a hacer el nuestro".

Su amigo David Delfín ha diseñado los títulos de crédito. "Nos gusta trabajar con la familia. Además, el personaje de Alberto es un niño grande y la grafía de David tiene algo pueril que remite a esa inocencia". Félix concluye: "La verdad es que nosotros también hemos encarado el trabajo como niños, con mucha inconsciencia y mucha valentía, si no, dudo que hubiéramos sido capaces de rodar la película".

La isla interior se estrena hoy.

De izquierda a derecha, Alberto San Juan, Candela Peña, Cristina Marcos y Geraldine Chaplin: unidos por el dramón en La isla interior.ANTONIO ARTILES

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