La nueva casa de los guacamayos

La necesidad agudizó el ingenio. El zoo de Barcelona tuvo que ceder una parte de terreno a un nuevo polideportivo y surgió el momento de rediseñar las pajareras. Hay una máxima que funciona en los zoos: si consigues que los animales estén bien, das mayor calidad al público. Así que en uno de los zoos más antiguos de Europa, en la entrada de la Ciutadella, se han colocado unas pajareras diferentes que parecen las tiendas de los indios construidas con rejas y madera. Ya no son jaulas organizadas de forma lineal, sino que se agrupan para que los animales puedan disfrutar de sus vecinos. Y si se a...

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La necesidad agudizó el ingenio. El zoo de Barcelona tuvo que ceder una parte de terreno a un nuevo polideportivo y surgió el momento de rediseñar las pajareras. Hay una máxima que funciona en los zoos: si consigues que los animales estén bien, das mayor calidad al público. Así que en uno de los zoos más antiguos de Europa, en la entrada de la Ciutadella, se han colocado unas pajareras diferentes que parecen las tiendas de los indios construidas con rejas y madera. Ya no son jaulas organizadas de forma lineal, sino que se agrupan para que los animales puedan disfrutar de sus vecinos. Y si se agobian, la estructura también les da la posibilidad de aislarse. "Existen dos estilos de jaula: la gran jaula con árboles en la que parece que los animales están en su ámbito natural y la que permite a la gente acercarse", explica el arquitecto Joan Roig, cuya firma, Batlle i Roig, que comparte con Enric Batlle, se encargó del diseño y construcción de este aviario ganador en 2009 de uno de los premios WAF (World Architecture Festival). El zoo optó por un sistema tipo poblado que se inspiraba en las jaulas que colocaban los indianos en la entrada de sus casas con los pájaros que traían del otro lado del mar.

En este rincón del zoo viven 24 guacamayos y papagayos, 11 cotorras y 3 arrendajas incas en 14 pajareras. "El gran público tiene interés por los grandes mamíferos, pero hay un público específico, más culto, que centra su atención en los pájaros", afirma Colom. Todas las pajareras tienen vegetación, algo poco usual en las instalaciones preparadas para los loros: "Son bastante destructivos y estamos probando distintas plantas que resistan", explica el conservador. Los loros permanecerán en este espacio cuando, dentro de aproximadamente cinco años, Barcelona disponga de zoo marítimo y entonces en la Ciutadella sólo quede el zoo terrestre. De momento, la nueva estructura funciona, los animales están más relajados.

Aviario del zoo barcelonés, del estudio de arquitectura Batlle i Roig.

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