La falta de pruebas tumba un caso de corrupción policial en Marbella

Sólo uno de los seis agentes detenidos por abusar de prostitutas sigue imputado"Pegaba a los clientes del club si no le daban droga", afirmó una testigo

Las supuestas correrías de un grupo de policías locales de Marbella (Málaga) acusados de hacer la vista gorda en un club de alterne en el que se traficaba con drogas y de golpear a las prostitutas si no les proporcionaban cocaína, entre otros delitos, han quedado archivadas por falta de pruebas. Sólo uno de los seis agentes, el policía Jesús Gil Merchán, alias Machota, continúa imputado por un delito de lesiones y otro de agresión sexual que se instruirán en causas independientes, según un auto judicial del pasado enero.

En agosto, la Físcalía solicitó al magistrado Francisco Gar...

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Las supuestas correrías de un grupo de policías locales de Marbella (Málaga) acusados de hacer la vista gorda en un club de alterne en el que se traficaba con drogas y de golpear a las prostitutas si no les proporcionaban cocaína, entre otros delitos, han quedado archivadas por falta de pruebas. Sólo uno de los seis agentes, el policía Jesús Gil Merchán, alias Machota, continúa imputado por un delito de lesiones y otro de agresión sexual que se instruirán en causas independientes, según un auto judicial del pasado enero.

En agosto, la Físcalía solicitó al magistrado Francisco García Valverde, en funciones de apoyo en el Juzgado de Instrucción número 2 de Marbella, que sobreseyera las imputaciones de cinco de los agentes y que desgajara en otras causas tres delitos que salieron a la luz en la toma de testimonios. El juez accedió el pasado enero, porque "carecen de conexión" y para "simplificar la instrucción". Así, el caso, que se inició en octubre de 2008, ha quedado sensiblemente mermado.Tanto Machota como el agente Enrique Morante, conocido como Quique, ingresaron en prisión preventiva por esta causa en octubre de 2008. Los testigos, entre los que figuran empleadas del club de alterne, les acusaron de consumir drogas, abusar sexualmente de las mujeres, pegarles palizas o destrozarles la casa cuando no les daban droga. Sin embargo, durante la instrucción las testigos se han desdicho de algunas acusaciones alegando que lo dijeron amenazadas, por celos o por envidias, o que no sabían lo que firmaban cuando señalaron las fotografías de los agentes en la comisaría.

Muchas de las mujeres se han retractado de las acusaciones
Cuatro de los policías se han reincorporado tras archivarse el caso

Los otros cuatro policías implicados -tres hombres y una mujer- estaban acusados de conocer los trapicheos que se traían sus compañeros con el prostíbulo y no denunciarlo. Quedaron en libertad con cargos pero, al igual que sus compañeros, fueron apartados de servicio al conocerse su implicación. "En cuanto el juzgado ha archivado el caso, se han cerrado los expedientes disciplinarios que se abrieron en su día", indican fuentes municipales. Todos los policías se han reincorporado, excepto Enrique Morante -interino cuando se conocieron los hechos y que no superó las pruebas de acceso al cuerpo- y el propio Machota, quien continúa suspendido de empleo y sueldo al tener todavía dos asuntos judiciales pendientes, según las mismas fuentes del Ayuntamiento.

"Estamos convencidos de que las diligencias por las lesiones

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[entre Jesús Gil Merchán y la testigo Jacqueline Viana Da Silva], quedarán en una falta, tal y como ha pedido el Ministerio Fiscal, y que la agresión sexual [denunciada por Lilian de Souza] ni siquiera llegará a juicio", asegura Alejandro Herrera, abogado de Gil Merchán. "En el caso de las lesiones, mi cliente acude también como denunciante, y en la agresión sexual la supuesta víctima ha ofrecido hasta cuatro declaraciones contradictorias", añade el letrado del despacho Guerrero Abogados.

A pesar de las contradicciones, los testigos sí corroboraron la fama de agresivo que tiene el agente Machota, aficionado al culturismo y encargado del gimnasio policial de Marbella durante un tiempo. "El primer día que estuve en la casa llegó y me cogió por el cuello", relata la testigo 11. "Él era el violento, él le pedía la droga a los clientes y si no les daban les pegaba", aseguró. A pesar de que supuestamente la golpeó, la mujer no le denunció, ni fue al hospital.

Jacqueline Viana, la testigo que probablemente vaya a juicio con el policía local por unas lesiones recíprocas, aseguró que Machota le había pegado "en varias ocasiones". Y explicó que el agente Quique -con el que aseguraba haber tenido una relación sentimental- trató de auxiliarla. "Conté que Quique también me pegó porque Nicole [arrendataria del club de alterne y testigo] me obligó a decirlo y también porque estaba mosqueada con él", añadió.

Viana aseguró que las veces que Machota la agredió llamó por teléfono a la policía y que, por hacerlo, el agente le rompió varios teléfonos móviles. "Cuando venía la Policía Local o la Nacional yo no los podía ver porque Machota o Nicole me lo impedían". Según la mujer, el agente no acudía vestido de uniforme al club de alterne, pero sí solía llevar su pistola reglamentaria: "Le he visto girándola y poniéndosela a la gente en la boca y en la cabeza".

El episodio de lesiones por el que ambos se sentarán en el banquillo ocurrió en septiembre de 2008. La mujer asegura que Machota "le dio un guantazo y puñetazos en la cara" porque quería que fuera a comprar drogas y ella se negaba; y que, para defenderse, le golpeó con el tacón del zapato. "No sé exactamente donde le pegué porque me tenía sujeta por el cuello".

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