Apóstoles caídos

Una de las conclusiones objetivas de la crisis es que del Gobierno han salido dos personas que ayudaron en su día a José Antonio Griñán a llegar a la presidencia de la Junta en sustitución de Manuel Chaves. En la operación del relevo, tejida con prudencia, mimo y sigilo participaron para que no se moviera una hoja en el PSOE andaluz el propio Chaves y su hombre de confianza Luis Pizarro. Pero éste contó con dos apóstoles del relevo, que allí por donde iban trabajaban en silencio para procurar que cuando ocurriera lo que públicamente se negaba que iba a ocurrir -la salida de Chaves- se asumiera...

Una de las conclusiones objetivas de la crisis es que del Gobierno han salido dos personas que ayudaron en su día a José Antonio Griñán a llegar a la presidencia de la Junta en sustitución de Manuel Chaves. En la operación del relevo, tejida con prudencia, mimo y sigilo participaron para que no se moviera una hoja en el PSOE andaluz el propio Chaves y su hombre de confianza Luis Pizarro. Pero éste contó con dos apóstoles del relevo, que allí por donde iban trabajaban en silencio para procurar que cuando ocurriera lo que públicamente se negaba que iba a ocurrir -la salida de Chaves- se asumiera con toda naturalidad. Estos dos apósteles de la llegada de Griñán fueron el gaditano Antonio Fernández y el almeriense Martín Soler, a partir de hoy ex consejero de Empleo y ex consejero de Innovación, Ciencia y Empresa. Al primero lo nombró Chaves, y al segundo Griñán lo aupó de Agricultura a Innovación. Soler rehusó ayer las dos ofertas que le hizo el presidente andaluz para seguir en el Ejecutivo: rechazó hacerse cargo de Medio Ambiente y luego de Empleo. Consideraba que si no tenía la confianza de Griñán para seguir donde estaba, sobraba lo demás.

Que haya ocurrido y trascendido este plantón -también se lo dio el secretario general del PSOE de Cádiz, Francisco González Cabaña, en el pasado congreso del PSOE- es absolutamente anormal, como también lo es que a las pocas horas de hacerse pública la crisis de Gobierno empezaran a llegar a las redacciones críticas sobre los cambios realizados por el presidente de la Junta de Andalucía, a quien le compete en exclusiva y de la manera que estime oportuna la formación del Gobierno.

La salida de Martín Soler, Fernández y la de Cinta Castillo, tres personas muy cercanas a Pizarro, fue interpretada como un intento de "cargarse todo lo que tiene que ver con Chaves", según varias fuentes. Las mismas extendían "desconcierto" y "malestar" en las agrupaciones socialistas de Cádiz, Almería y Málaga. En esta última, la entrada de Paulino Plata, ajeno a la mayoría orgánica, molestó a muchos.

"La gente no va a plantear ningún tipo de objeciones, porque las reglas de juego son así, pero ha abierto problemas en las provincias", pronosticaba un cualificado dirigente. Según estas fuentes, en las citadas provincias "no se ha entendido" por qué salen seis consejeros, cuando en la estructura del Gobierno sólo han desaparecido dos consejerías. El vicesecretario del PSOE, Rafael Velasco, calificó el Ejecutivo de extraordinario, valiente y muy potente".