El parador de Morella 'paga' el choque entre Consell y Gobierno

La memoria de Turespaña de 2005 recogía la ejecución de cinco paradores. Los de Segovia, Alcalá de Henares y Las Palmas ya están en funcionamiento, el de Lorca, a punto de inaugurarse y el de Morella, sin comenzar. El desencuentro entre las administraciones, el Ministerio de Turismo y la Generalitat valenciana, y sus técnicos ha provocado un sinfín de reuniones pero muchos menos acuerdos. Fuentes cercanas a Turespaña sostienen que nunca han encontrado "tanta hostilidad como en la iniciativa de Morella". Por su parte, la directora general de patrimonio de la Consejería de Cultura, Paz Olmos, ap...

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La memoria de Turespaña de 2005 recogía la ejecución de cinco paradores. Los de Segovia, Alcalá de Henares y Las Palmas ya están en funcionamiento, el de Lorca, a punto de inaugurarse y el de Morella, sin comenzar. El desencuentro entre las administraciones, el Ministerio de Turismo y la Generalitat valenciana, y sus técnicos ha provocado un sinfín de reuniones pero muchos menos acuerdos. Fuentes cercanas a Turespaña sostienen que nunca han encontrado "tanta hostilidad como en la iniciativa de Morella". Por su parte, la directora general de patrimonio de la Consejería de Cultura, Paz Olmos, apunta a que se trata de un "proyecto muy complicado", ya que pretende alzarse sobre el antiguo convento de Sant Francesc, del siglo XII.

El proyecto incluye dos grandes obras: la construcción de un túnel de acceso al aparcamiento y la adaptación del convento, el cuartel de San Francisco y el antiguo convento de las Agustinas en el nuevo parador y el centro de negocios y convenciones.

El primer escollo fue el del túnel, adjudicado hace más de tres años por 1,9 millones de euros. Su ejecución fue suspendida ante el debate de la conveniencia de esta infraestructura, necesaria para acceder al futuro parador. Además, la realización del túnel condiciona el inicio del resto de las obras. Finalmente, la Generalitat autorizó esta parte en julio de 2009. Según el alcalde de Morella, Joaquim Puig, la autorización incluía la realización de catas en lugares como "un terraplén que se levantó en los años sesenta y en el que todo el mundo sabía que no había nada". Las catas se han tenido que realizar a mano, con una profundidad de 5 metros, ya que Patrimonio no admitió la entrada de maquinaria. Concluidos estos trabajos y el informe respectivo, el proyecto espera, de nuevo, el visto bueno de la Generalitat.

En lo que respecta al proyecto arquitectónico, la adaptación de los edificios fue aprobada por la Generalitat en febrero de 2008 y adjudicada por el Gobierno en febrero por 17,8 millones de euros. Según Olmos, la autorización exigió unas modificaciones que "a día de hoy aún no han presentado". Además, la directora general asegura que no ha sido hasta este mes de marzo cuando Turespaña ha remitido el proyecto arqueológico al que le obliga la Ley de Patrimonio. Según Puig, la consejería impuso al equipo que había de redactar este plan director, cuya ejecución exige una inversión de 3,5 milones de euros ya que la Generalitat exige excavar más allá de los límites de la superficie del parador.

"Turespaña está dispuesto a hacer lo que haga falta pero la actitud de Generalita es insolente", incide Puig. "De nosotros obtendrán la máxima colaboración pero no podéis desoír los informes técnicos", dice Olmos.

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