Reportaje:

Una mirada humana a la obra de Picasso

Una exposición festeja los 25 años del museo de Buitrago dedicado al pintor

La amistad tiene un lugar perdurable en la amurallada villa de Buitrago del Lozoya. Eugenio Arias, barbero y confidente de Pablo Picasso, legó a su pueblo natal una extraordinaria colección de 71 objetos artísticos, dibujos, cerámicas y litografías que le fueron regalados por el pintor universal durante su feliz complicidad de ánimo.

Con ellos Arias impulsó la creación de un delicioso museo, el primero fundado por la Comunidad de Madrid, para rubricar 25 años de la relación amistosa que le unió a él hasta la muerte. Ayer, Pedro Arias, hijo de Eugenio, conmemoró el cuarto de siglo de vid...

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La amistad tiene un lugar perdurable en la amurallada villa de Buitrago del Lozoya. Eugenio Arias, barbero y confidente de Pablo Picasso, legó a su pueblo natal una extraordinaria colección de 71 objetos artísticos, dibujos, cerámicas y litografías que le fueron regalados por el pintor universal durante su feliz complicidad de ánimo.

Con ellos Arias impulsó la creación de un delicioso museo, el primero fundado por la Comunidad de Madrid, para rubricar 25 años de la relación amistosa que le unió a él hasta la muerte. Ayer, Pedro Arias, hijo de Eugenio, conmemoró el cuarto de siglo de vida del primer museo regional madrileño añadiendo a aquel legado 141 testimonios más de tan memorable amistad. Ha contado con el apoyo del Ayuntamiento butragueño, que ha destinado una flamante sala polivalente para albergarlos y exponerlos al público hasta el 23 de junio. De esta manera, la villa medieval, feudo mudéjar de los Mendoza y del marqués de Santillana, cuenta con un envidiable patrimonio en arte contemporáneo acrecido, que festeja así este 25º aniversario.

La nueva muestra temporal, que se suma a la permanentemente exhibida en el sótano reformado de la sede consistorial, completa una mirada humana, próxima e insólita sobre Pablo Picasso, hermanado con Eugenio Arias por el exilio, la militancia ideológica comunista, la afición compartida por la tauromaquia y la punzante y apasionada añoranza por España.

Tal nostalgia era tanta que el barbero Arias ayudó decisivamente a Picasso a montar corridas de toros en Vallauris, con espadas de la entidad de César Girón, en una plaza portátil que cada año instalaban en un recinto de la pequeña localidad de la Costa Azul, donde ambos amigos pasaron años en amable compaña. Cuenta Pedro, el hijo de Eugenio, que en una ocasión Jacqueline Roque, esposa de Picasso, quiso sorprender a su esposo con un regalo: una capa española. Obtenerla desde el exilio era complicado. Contó a Eugenio su deseo. Éste habló con su padre, que a su vez encomendó la compra de la prenda a su yerno Alfonso Mejías. Alfonso la adquirió. Comoquiera que mantenía estrecha amistad con el futbolista Santamaría, aprovechó un encuentro entre el Real Madrid y el Niza para hacer llegar la capa a Eugenio, que se la entregó a la esposa de Picasso, que la recibió alborozado.

Decenas de libros, fotografías, objetos como pañuelos, catálogos, carteles, tallas, todo ello dedicados de puño y letra por Picasso a su entrañable amigo, se muestran en esta exposición, que convierte a Buitrago en una de las capitales del arte del genio pictórico más deslumbrante desde Francisco de Goya, donde se pone de manifiesto su contribución a la lucha por la paz mundial y por las libertades en España, adonde juró no volver mientras no muriera el autócrata.

También Buitrago fue ayer sede una reunión informativa, auspiciada por el Gobierno regional, que congregó a las principales instituciones museísticas españoles, tres catalanas, una coruñesa y otra malagueña, dedicadas al pintor del Guernica. Desde ahora actuarán coordinadamente, según anunciaron.

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