"Tenemos los deberes hechos"

La jornada fue completa para Fernando Alonso a pesar de que la concluyó tirado en la escapatoria de final de recta con el coche parado. No quiso confirmarlo, pero fue un problema de gasolina. "A veces, probamos cosas que exigen que se pare", comentó. Era su última tanda, muy corta porque había rodado mucho y de forma continuada y le quedaba poca gasolina. Había entrado en el taller para poner los neumáticos blandos e intentar recuperar el mejor tiempo del día, que había mantenido toda la mañana hasta que, por la tarde, un sorprendente Nico Hulkenberg (Williams) se lo había arrebatado por sólo ...

La jornada fue completa para Fernando Alonso a pesar de que la concluyó tirado en la escapatoria de final de recta con el coche parado. No quiso confirmarlo, pero fue un problema de gasolina. "A veces, probamos cosas que exigen que se pare", comentó. Era su última tanda, muy corta porque había rodado mucho y de forma continuada y le quedaba poca gasolina. Había entrado en el taller para poner los neumáticos blandos e intentar recuperar el mejor tiempo del día, que había mantenido toda la mañana hasta que, por la tarde, un sorprendente Nico Hulkenberg (Williams) se lo había arrebatado por sólo 23 centésimas de segundo. Comenzó a bajar sus tiempos y rodó en 1m 20s de nuevo, pero cuando el combustible se acabó se quedó tirado. "Nada importante, pero no voy a dar pistas a mis rivales", dijo.

"No tengo ninguna preocupación. Éste es el mejor coche que he tenido"

En su último día de entrenamientos previos al inicio del Mundial, en el Gran Premio de Bahrein del próximo 14 de marzo, Alonso realizó las pruebas que tenía pendientes. Rodó por primera vez con poca gasolina. No en condiciones de calificación todavía, pero sí acercándose, realizando algunas tandas de cinco, seis y siete vueltas, probando el comportamiento del coche con neumáticos blandos y casi vacío. "La velocidad real no la veremos hasta el sábado de Bahrein", comentó. Pero la idea que se llevó de Montmeló fue satisfactoria. El coche es rápido y fiable. "Sabemos que somos rápidos, pero aún no sabemos dónde están nuestros rivales. Lo que tenemos claro es que sacaremos el ciento por ciento de este coche", advirtió.

Por la tarde, Alonso se dedicó a rodar. Tandas largas, interrumpidas sólo por alguna bandera roja. Corrió a buen ritmo, más que suficiente para sacar conclusiones positivas. "En una de mis últimas tandas di 46 vueltas seguidas con el mismo juego de neumáticos y el coche tuvo un buen comportamiento. Y cuando probé en configuraciones de calificación, también. Llegamos con los deberes hechos. Teníamos muchas cosas por probar durante los entrenamientos de invierno y hoy hemos puesto la cruz a las últimas probaturas. No tengo ninguna preocupación con vistas a Bahrein", agregó Alonso. Feliz estaba también Jaime Alguersuari, que con su Toro Rosso se movió en unos tiempos de carrera similares a los del asturiano.

Desde que el Ferrari pisó la pista en Valencia ante 30.000 espectadores hasta ayer en Montmeló, el monoplaza rojo y blanco ha mostrado una evolución notable. Algunas piezas aerodinámicas han sido modificadas y se esperan todavía algunas novedades para Bahrein. Pero, cuando Felipe Massa deje el coche el domingo, todo el trabajo deberá hacerse en el simulador Moog de última generación que tienen en la fábrica o en el túnel de viento. Alonso no volverá a subirse al F-10 hasta el inicio del campeonato, aunque viajará con asiduidad a Maranello para comprobar las últimas mejoras.

No tiene miedo. Su confianza en el proyecto de Ferrari sigue creciendo. Se siente como en casa y se le nota no sólo en la ilusión que irradia, sino también en las afirmaciones que realiza. "No tengo ninguna matización que hacer respecto a mis declaraciones de Jerez", dijo ayer cuando se le preguntó si se ratificaba en sus comentarios. "Lo vuelvo a decir: éste es el mejor coche que he tenido en mi vida", insistió. Lo que ya no asegura es que pueda llevarle a la victoria.