Crónica:REAL MADRID 77 - SIENA 69

Nuevo capítulo de 'hazañas Llull'

El Madrid vence al Siena y sigue vivo en la Euroliga gracias a los 17 puntos del base

Existen muchas formas de clasificar a los jugadores. Por capacidad anotadora, defensiva, atlética, solidaria o trabajadora, entre otras muchas. Una de las listas más atractivas y a la que cualquier deportista le gustaría pertenecer es la de los jugadores hazaña. Son aquellos que quizás no tienen la regularidad como una de sus virtudes, pero que cuando aparecen, dejan historias para el recuerdo. Sergio Llull es uno de ellos. Su lista de partidos memorables es, a pesar de su juventud, sorprendentemente extensa. Tanto que cuando las cosas se ponen feas, el primer jugador que viene a la cabeza de ...

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Existen muchas formas de clasificar a los jugadores. Por capacidad anotadora, defensiva, atlética, solidaria o trabajadora, entre otras muchas. Una de las listas más atractivas y a la que cualquier deportista le gustaría pertenecer es la de los jugadores hazaña. Son aquellos que quizás no tienen la regularidad como una de sus virtudes, pero que cuando aparecen, dejan historias para el recuerdo. Sergio Llull es uno de ellos. Su lista de partidos memorables es, a pesar de su juventud, sorprendentemente extensa. Tanto que cuando las cosas se ponen feas, el primer jugador que viene a la cabeza de los aficionados madridistas en el del menorquín. Y a fe que ayer el asunto de la Euroliga había tomado un cariz descorazonador.

REAL MADRID 77 - SIENA 69

Real Madrid: Prigioni (8), Kaukenas (4), Hansen (5), Garbajosa (6) y D.Lavrinovic (7) -cinco inicial-, Jaric (6), Velickovic (2), Reyes (3), Llull (17), Bullock (7) y Tomic (12).

Montepaschi Siena: McIntyre (11), Hawkins (5), Sato (17), Eze (2) y Stonerook (1) -cinco inicial-, K.Lavrinovic (11), Zisis (4), Domercant (17), Marconato (-) y Carraretto (1).

Árbitros: Ziemblicki (Pol.), Belosevic (Ser) y Boltauzer (Esl). Sin eliminados.

11.300 espectadores en Vistalegre.

El 'proyecto Messina' se tambaleaba hasta que apareció el menorquín

Corría la mitad del tercer cuarto y acababa de aparecer McIntyre, santo, seña, guía, alma y corazón del equipo italiano. Dos triples seguidos del base habían colocado al Madrid al borde del precipicio (38-46). El equipo había comenzado mal para ir poco a poco a peor. Un leñazo como el del domingo en la Copa no se digiere así como así, y la posibilidad de perder dos competiciones en cuatro días se estaba traduciendo en poca templanza y menor acierto. Ante un equipo muy atlético el Madrid no encontraba vías de anotación ni por dentro, lo que no es novedad, ni tampoco por fuera, con un especial desacierto en los triples (1 de 13 entonces).

El proyecto Messina se tambaleaba. Cuando a la mayoría de jugadores y público no les llegaba la camisa al cuerpo, acudió al rescate Llull como un ciclón. Triple, 2 más 1 en entrada a canasta, otra canasta, y otros dos triples con uno más de Hansen intercalado. Total, parcial de 17-4 con catorce puntos suyos y basket average superado (65-57 a 4.30 para el final). Pero es que esto, siendo grande, no fue lo mejor. Al toque de trompeta de Llull, el resto del equipo dio un paso al frente. Mención especial para Tomic, que dejó unos cuantos movimientos que auguran un enorme futuro para cuando gane un poco más de consistencia física y defensiva, además de algo más de mala leche. Los italianos decidieron que si bien la victoria no estaba a su alcance ya, había que defender los siete puntos de ventaja que consiguieron en su campo. A falta de cinco segundos lo tenían en la mano (74-69). Pero Llull no había terminado su exhibición. Pidió el balón, hizo ademán de penetrar y se clavó para lanzar un triple. Entró a falta de un segundo, se desató la euforia y el Madrid, rescatado por su hombre milagro, logró lo que parecía imposible: una doble victoria. Del mal juego ya se hablará otro día.

Llull entra a canasta ante la presencia de McintyreEFE

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