Reportaje:

"Por fin nos hemos soltado a jugar"

Quique Flores se muestra feliz, pero aún no se ve en la final

Salvo una hecatombe de proporciones bíblicas, una posibilidad que nunca hay que descartar en su caso, el Atlético sacó por la vía rápida, sin esperar a la vuelta, su billete para la final del 26 de mayo. "Hemos hecho un partido muy completo. Salimos muy bien y los jugadores, por fin, se han soltado a jugar. ¡Si encima hemos tenido el balón!", se regocijó el entrenador, Quique Flores, que festejó como sólo imaginaba en sueños su 45º cumpleaños.

Tras la escabechina sufrida contra el Getafe y el Málaga en la Liga, el Atlético volvió a darse un lavado de cara. Se recuperó a tiempo del "últi...

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Salvo una hecatombe de proporciones bíblicas, una posibilidad que nunca hay que descartar en su caso, el Atlético sacó por la vía rápida, sin esperar a la vuelta, su billete para la final del 26 de mayo. "Hemos hecho un partido muy completo. Salimos muy bien y los jugadores, por fin, se han soltado a jugar. ¡Si encima hemos tenido el balón!", se regocijó el entrenador, Quique Flores, que festejó como sólo imaginaba en sueños su 45º cumpleaños.

Tras la escabechina sufrida contra el Getafe y el Málaga en la Liga, el Atlético volvió a darse un lavado de cara. Se recuperó a tiempo del "último bofetón" y "no se pegó un tiro al pie" como tan gráficamente advirtió el cuerpo técnico. "Así es el fútbol, que no te da tiempo a reflexionar nada... Por eso era fundamental cambiar el chip y sacar fuerzas de donde se pudiese", rugía Perea. "Cuando supimos los rivales que nos podían tocar, fuimos muy respetuosos, aunque a muchos les pareciera una autopista", apuntó Assunção, sin cuya presencia el Atlético nunca gana.

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"Cuando uno tiene tantas ocasiones de gol, sólo puede estar satisfecho. Para eso es para lo que trabajamos. Para que el equipo responda así, para que asuma la presión de ser el que es y acabe con la ansiedad que a veces nos atenaza", hizo hincapié Quique.

La goleada tuvo su mérito: el Racing contaba siete victorias y dos empates en 2010 hasta que tiró por la borda la Copa en el Calderón. "¿Para qué nos vamos a engañar? El fútbol es imprevisible, pero nuestras opciones son muy remotas, aunque no merecimos tanto castigo", estimó Miguel Ángel Portugal, su preparador, mientras Canales se mostraba "ilusionado con la remontada". El primero señaló como responsable de parte de sus males a Mateu Lahoz. "Las decisiones del árbitro podrían haber sido de otra manera. ¡Si vimos el penalti desde el banquillo y mira que es difícil!", recalcó. Se refería a una falta clarísima de Antonio López a Xisco al principio. Tampoco le dejó buen sabor de boca el penalti de Moral a Jurado en carrera que Mateu vio donde no era, dentro del area racinguista. Lo ejecutó el depredador menos compasivo. Forlán, aclamado en los buenos y los malos momentos por la grada, sumó dos goles más a los seis que ya había endosado al conjunto cántabro como rojiblanco. "También destacaría que dimos una imagen responsable y seria y que no nos metieron ninguno", apuntó. "Él y todos mostramos nuestra calidad. Hemos hecho un partidazo y vamos a salir para arriba, seguro", lanzó piropos De Gea.

"Todo esto está muy bien, pero hay que confimarlo en El Sardinero. Aunque estamos todos felices porque dejamos de hacer cosas feas, aunque nos reencontramos con la grada y con nosotros mismos, todavía no me veo en la final", volvió a reclamar prudencia Quique dentro de la verbena del vestuario. "Debemos estar tranquilos, aunque es verdad que estamos un poquito más cerca de un título, algo que este equipo no vive desde hace mucho", intervino Simão.

Sólo la lesión de Reyes evitó que la alegría fuera completa. El extremo sufrió un esguince de rodilla que le postrará en la enfermería durante un periodo estimado en tres semanas.

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