El último cacique desafía a Feijóo

Baltar se enfrenta al PP gallego para legar a su hijo la presidencia de Ourense

José Luis Baltar manda desde hace 20 años en el PP de Ourense y nunca ha aceptado de buen grado las injerencias en su territorio. Lo sabe el presidente fundador, Manuel Fraga, que ya vio en 2003 cómo cinco diputados de esta provincia se atrincheraban en un piso bajo la amenaza de romper el grupo parlamentario y dejar a la Xunta del PP en minoría si no se atendían las peticiones del ala rural del partido. Los populares evitaron entonces la fractura, pero las luchas intestinas siguieron en las elecciones autonómicas de 2005 cuando Baltar dio un portazo al propio Alberto Núñez Feijóo para evitar ...

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José Luis Baltar manda desde hace 20 años en el PP de Ourense y nunca ha aceptado de buen grado las injerencias en su territorio. Lo sabe el presidente fundador, Manuel Fraga, que ya vio en 2003 cómo cinco diputados de esta provincia se atrincheraban en un piso bajo la amenaza de romper el grupo parlamentario y dejar a la Xunta del PP en minoría si no se atendían las peticiones del ala rural del partido. Los populares evitaron entonces la fractura, pero las luchas intestinas siguieron en las elecciones autonómicas de 2005 cuando Baltar dio un portazo al propio Alberto Núñez Feijóo para evitar que éste encabezase el cartel de su provincia. Alegó que necesitaba una mujer y colocó como candidata a una desconocida, Amparo González, que abandonó la política tras cuatro años inédita en el hemiciclo.

La dirección regional envía observadores al congreso para evitar irregularidades

Y ahora que Feijóo ha regresado a la Xunta ya como presidente, Baltar trata de sucederse a sí mismo, de instaurar una especie de dinastía en Ourense y ceder el liderazgo del PP a su hijo, José Manuel, vicepresidente del Parlamento gallego. Ni las llamadas de Feijóo, ni las de Mariano Rajoy lograron convencer en diciembre al eterno barón para que prorrogase sus dos décadas de mandato. Baltar hizo caso a su familia, anunció su jubilación y empezó a recabar apoyos entre los alcaldes para su vástago, ya que, según explica, los lazos de sangre le impiden garantizar esa independencia que Feijóo y la cúpula del PP gallego le exigen casi a diario. El conclave es ya una incruenta batalla entre las direcciones regional y orensana, en la que el oponente de los Baltar y antiguo colaborador suyo, Juan Manuel Jiménez Morán, alcalde de Verín, esgrime ahora como principal baza su cercanía a Núñez Feijóo.

El enfrentamiento interno ofrece titulares diarios: es habitual oír a Jiménez Morán refrendar denuncias sobre caciquismo y contrataciones irregulares idénticas a las que han aireado socialistas y nacionalistas durante estos 20 años de baltarismo. El propio Jiménez Morán ha pedido amparo a la dirección del PP gallego para que garantice la votación del próximo sábado en Ourense. En una decisión inaudita, el equipo de Núñez Feijóo anunció ayer que enviará observadores, una especie cascos azules, para garantizar la limpieza del congreso provincial.

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