Reportaje:

"Me enfrenté a Pinochet"

Caszely, elegido por los internautas mejor jugador extranjero del Levante, fichó por el equipo huyendo de la dictadura chilena

Carlos Caszely (Santiago de Chile, 1950) llegó a Valencia huyendo de una dictadura a punto de nacer, la del general Augusto Pinochet en Chile, y se encontró con otra que estaba a punto de morir, la de Francisco Franco en España. "Era agosto de 1973 y en España sólo se hablaba de fútbol y de toros, algo que me sorprendió", contaba ayer por teléfono el tercer máximo goleador de Suramérica, con 805 goles, tan sólo por detrás de Pelé y de Romario, elegido por los internautas mejor jugador extranjero en los 100 años de historia del Levante.

"Siempre estuve comprometido con la democracia y me...

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Carlos Caszely (Santiago de Chile, 1950) llegó a Valencia huyendo de una dictadura a punto de nacer, la del general Augusto Pinochet en Chile, y se encontró con otra que estaba a punto de morir, la de Francisco Franco en España. "Era agosto de 1973 y en España sólo se hablaba de fútbol y de toros, algo que me sorprendió", contaba ayer por teléfono el tercer máximo goleador de Suramérica, con 805 goles, tan sólo por detrás de Pelé y de Romario, elegido por los internautas mejor jugador extranjero en los 100 años de historia del Levante.

"Siempre estuve comprometido con la democracia y me enfrenté a Pinochet. Le dije que no se estaban respetando los derechos humanos y mi mamá sufrió las represalias. La maltrataron. Fue horrible", recuerda Caszely, que llegó a Valencia en aquel verano de 1973 en una gira con el campeón chileno, el Colo-Colo, un equipo deslumbrante que venía de ser subcampeón de la Copa Libertadores. Anduvo rápido el Levante, que estaba en Segunda, ofreciéndole un contrato a la estrella del Colo-Colo, un goleador rápido y pícaro que todavía hoy es un héroe popular en su país.

"El Levante no quiso que me fuera al Valencia"
"En España, en 1973 sólo se hablaba de toros y fútbol"

Además de su compromiso social, al igual que otros compañeros del Colo-Colo, que compartieron amistad con Allende, Caszely conquistó el imaginario colectivo chileno con goles antológicos. En uno de ellos, frente al Emelec ecuatoriano en la Libertadores, atrapó el balón en el centro del campo y fue sorteando contrarios hasta entrar con la pelota controlada en la portería rival. De pronto, el público del estadio Nacional de Santiago emitió un grito espontáneo y colectivo: "¡Se pasó!, ¡se pasó!", cántico que acompañaría al dorsal 3 el resto de su carrera.

"[Salvador] Allende era una persona normal, con sus defectos y sus virtudes, que quería que la riqueza estuviera más repartida. El Colo-Colo, con sus triunfos, postergó un golpe apoyado por Kissinger y Estados Unidos, que ahogó a Chile. Antes del golpe, había colas para comprar el pan. Después, a los dos días del golpe, empezó a haber de todo".

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Caszely pasó dos años "maravillosos" en Valencia. Llegó recién casado con la que sigue siendo su esposa 37 años después, María de los Ángeles, a la que conoció en la Universidad de Santiago, cursando estudios de preparación física. Se instalaron en un piso de la calle de Chile, curiosamente, "quinto-cuarto", detrás de Mestalla y a escasos minutos del campo del Levante, donde se entrenaba.

Carlos también vivió la transición a la democracia en España, de la que evoca el "desahogo" que supuso la proliferación de las revistas porno. "Fue un cambio muy brusco". De sus dos temporadas de granota, dejó cuatro goles en Vallecas al Rayo y un cartel tan alto que el Espanyol pagó un millón de dólares por su traspaso. "Yo quería irme al Valencia, pero el Levante me dijo que era imposible por la rivalidad". De sus compañeros granotes, se acuerda de Juanito y de Calpe, mientras que del Espanyol cita a Solsona y a De Felipe. Marcó 16 goles en 16 partidos en su etapa en Sarrià.

Caszely tiene cuatro hijos y cuatro nietos y se dedica a dar charlas "vivenciales" por Suramérica. Está al tanto de las andanzas del Levante a través de un sobrino del ex directivo Ramón Vitoria, que le envía las últimas noticias por internet. "Me molestan las dictaduras, tanto de derechas como de izquierdas", concluye Caszely, que presume todavía de su famoso bigote. "Lo llevo desde los 20 años. Fui el Jimmy Hendrix del fútbol".

Caszely, el día que llegó a Valencia. A la derecha, el presidente del Levante, Grau.L'ORONELLA

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