Reportaje:GASTRONOMÍA | LA SEMANA POR DELANTE

Afinar la tradición

Compleja realidad la de los hosteleros del interior, inscritos en su mayor parte en pueblos y ciudades de limitada población y en la que afluencia de turistas es más escasa que la que frecuenta los lugares costeros.

En ese ámbito es difícil definir la carta que interesa promocionar en sus restaurantes, ya que es necesario atender al cliente local, que no puede contemplar cómo se convierten en inamovibles las especialidades locales -típicas diríamos- y al que hay que satisfacer con productos que modifiquen esa para ellos monótona gastronomía.

Por otra parte es preciso -indispensab...

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Compleja realidad la de los hosteleros del interior, inscritos en su mayor parte en pueblos y ciudades de limitada población y en la que afluencia de turistas es más escasa que la que frecuenta los lugares costeros.

En ese ámbito es difícil definir la carta que interesa promocionar en sus restaurantes, ya que es necesario atender al cliente local, que no puede contemplar cómo se convierten en inamovibles las especialidades locales -típicas diríamos- y al que hay que satisfacer con productos que modifiquen esa para ellos monótona gastronomía.

Por otra parte es preciso -indispensable- cubrir las expectativas del forastero, que espera encontrar en aquellos paisajes la culinaria que le está vedada en sus lugares de origen, por ser los productos y las especialidades que desea fruto de otras culturas.

CASA EMILIO

Carretera de Teruel, 23. Torrebaja.

Valencia. Teléfono: 978 78 30 04

Así sucede en el restaurante del que hoy tratamos, que debe conciliar platos que nos sorprenden en esas latitudes -como el salmón marinado o la profusión de platos con foie gras- con las típicas conservas en aceite propias de los climas fríos o los recios alimentos que se acostumbran en esas circunstancias.

No obstante, parece necesario exigir que unas especialidades y otras se afinen al ritmo de los tiempos, y se intente que las longanizas en aceite gocen del sabor a que nos tenían acostumbrados, y que no falten las alubias con morcilla en los momentos en que deseamos reconfortarnos con el mítico plato de cuchara que recordamos.

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Es lástima que un muy agradable y dispuesto servicio no sea suficiente para hacernos olvidar que el objetivo primordial de un restaurante es satisfacer los caprichos o las necesidades palatales de los que al mismo concurren, tal como aquí sucede.

Un plato de cuchara de Casa Emilio.

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