El Centro Andaluz de las Letras recibe su sede renovada

El Centro Andaluz de las Letras recibió ayer su nuevo hogar. O mejor dicho, su viejo hogar remozado. La consejera de Cultura, Rosa Torres, visitó ayer por primera vez la sede, después de que el 29 de diciembre, la Junta diera el visto bueno final a las obras de restauración, que han durado 27 meses. El próximo mes de marzo, una vez realizadas las labores de limpieza y la mudanza, el edificio, situado en la céntrica calle Álamos, junto a la Plaza de la Merced, entrará en funcionamiento. "El nuevo equipamiento va a convertirse en hogar de referencia para las letras andaluzas, en el centro neurál...

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El Centro Andaluz de las Letras recibió ayer su nuevo hogar. O mejor dicho, su viejo hogar remozado. La consejera de Cultura, Rosa Torres, visitó ayer por primera vez la sede, después de que el 29 de diciembre, la Junta diera el visto bueno final a las obras de restauración, que han durado 27 meses. El próximo mes de marzo, una vez realizadas las labores de limpieza y la mudanza, el edificio, situado en la céntrica calle Álamos, junto a la Plaza de la Merced, entrará en funcionamiento. "El nuevo equipamiento va a convertirse en hogar de referencia para las letras andaluzas, en el centro neurálgico de la edición y la creación literaria, donde los autores y, sobre todo, los lectores, van a convertirse en protagonistas", dijo la consejera.

La remodelación, llevada a cabo por la arquitecta María Victoria Carreño, ha tenido como principal reto convertir una antiguo edificio de viviendas de estilo ecléctico de principios del siglo XX en una sede institucional. Tras restaurar la fachada, el patio central y las escaleras, elementos protegidos que debían permanecer en el edificio, Carreño ha buscado dar volumen al interior del edificio, ordenando los espacios en torno a un prisma diáfano.

El nuevo centro para el impulso del libro andaluz y la promoción de la lectura cuenta con una superficie de más de 564 metros cuadrados. En la planta baja dispondrá de un salón de actos con capacidad para 91 personas. La adaptación contempla un espacio para almacenar libros, así como despachos, zonas de trabajo, librerías y archivo. "Este edificio quería ser como un libro. Cada elemento ha sido tratado para que esa capacidad de evocar, ilusionar, sorprender y pensar esté presente aquí", afirmó Carreño.

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