Reportaje:

Arte para todos los bolsillos

La editorial alteana De Buena Tinta exhibe una muestra de sus colecciones, originales y numeradas, y a precios asequibles

Obra de arte/original/firmada/numerada es la ecuación que permite a la obra gráfica contribuir a la democratización de las artes plásticas. Esta es la declaración de intenciones de la editorial alteana que lleva por nombre De buena tinta. Su directora, Concha Lledó, persigue que el público pueda adquirir obras de grandes artistas a precios asequibles y con posibilidades de revalorización.

Todo empezó en Cuenca de la mano de Javier Cebrián. En 1972 abrió un taller de serigrafía, hasta que 20 años más tarde su mujer, Concha Lledó, decidió crear la editorial coincidiendo con el traslado a ...

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Obra de arte/original/firmada/numerada es la ecuación que permite a la obra gráfica contribuir a la democratización de las artes plásticas. Esta es la declaración de intenciones de la editorial alteana que lleva por nombre De buena tinta. Su directora, Concha Lledó, persigue que el público pueda adquirir obras de grandes artistas a precios asequibles y con posibilidades de revalorización.

Todo empezó en Cuenca de la mano de Javier Cebrián. En 1972 abrió un taller de serigrafía, hasta que 20 años más tarde su mujer, Concha Lledó, decidió crear la editorial coincidiendo con el traslado a Altea y "un poco harta de trabajar para los demás o por encargo", como acentúa humorísticamente. Desde los inicios han hecho más de 600 serigrafías de casi 200 pintores. La calidad de su trabajo ha convertido a De Buena Tinta en una de las mejores editoriales de obra gráfica españolas.

La colección incluye más de 600 serigrafías de 200 pintores
La editorial vende por internet, por cuotas y a plazos

En Palau Altea puede verse una muestra de las colecciones editadas, que estará abierta en la sala central de exposiciones del Centre d'Arts hasta el próximo día 10, incluida la obra del mismo Cebrián, fallecido hace cinco años.

La primera carpeta que editaron incluyó una paleta de pintores abstractos como Luis Gordillo, Vicente Rojo o Gerardo Rueda. Que aquella primera colección funcionara les animó a dar el siguiente paso: un recopilatorio de pintores figurativos en De Ángeles y Santos. Luego llegó la colección de celebración del centenario del cómic, con Mariscal, Ceesepe, Cifré y Vázquez. Después una tirada de 27 serigrafías (una por cada letra del alfabeto) titulada Fin de siglo, la serie Polípticos o la última de las colecciones: Altea vista por.

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"Para nosotros cada colección es como si empezáramos de nuevo, con una idea original y varios artistas para un proyecto común", reconoce Lledó, que nunca ha encontrado dificultades para convencer a los pintores con los que ha trabajado.

Los canales de venta del arte gráfico siguen siendo los tradicionales: ferias, galerías, exposiciones y distribuidores. Pero Lledó confirma que empieza a vender por internet y que cada vez más gente compra arte para regalar. Por eso decidió crear las cuentas de arte, que permiten al comprador pagar una cuota mensual acumulable o comprar a plazos. Todo "por democratizar las artes plásticas, facilitar el acceso a la cultura o fomentar la formación de colecciones".

El fondo artístico que conserva la editorial es importante. Agustín Ibarrola, Manolo Valdés, Joan Miró o Eusebio Sempere han trabajado con ellos. Una de las piezas únicas que pueden verse en Altea es una serigrafía de prueba de Antonio Saura con las correcciones del propio autor sobre la obra para la impresión definitiva.

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