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Vuelve el hombre del saco

Las malas noticias de 2009 dieron a los mercados la oportunidad de pasar página en el controvertido tema de la innovación financiera. La expansión del crédito ha estado caracterizada -y lastrada- por un exceso de productos ingeniosos que resultaron tóxicos cuando se acabaron los buenos tiempos. Tras la desgracia, los inversores afirmaban que deseaban una vuelta a la sencillez y el conservadurismo.

Pero la innovación financiera no llegó realmente a desaparecer. En mayo, Credit Suisse ofrecía una permuta financiera de longevidad, que permite a las empresas posponer parte del riesgo de que...

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Las malas noticias de 2009 dieron a los mercados la oportunidad de pasar página en el controvertido tema de la innovación financiera. La expansión del crédito ha estado caracterizada -y lastrada- por un exceso de productos ingeniosos que resultaron tóxicos cuando se acabaron los buenos tiempos. Tras la desgracia, los inversores afirmaban que deseaban una vuelta a la sencillez y el conservadurismo.

Pero la innovación financiera no llegó realmente a desaparecer. En mayo, Credit Suisse ofrecía una permuta financiera de longevidad, que permite a las empresas posponer parte del riesgo de que los pensionistas vivan más de lo esperado. En noviembre, Lloyds Banking Group emitía obligaciones convertibles contingentes. Las CoCo son deuda que automáticamente se convierten en acciones ordinarias cuando los bancos tienen problemas.

Estas innovaciones son más beneficiosas que engañosas. Hay posibilidades de más cosas nuevas y buenas. El Santo Grial de 2010 será una CoCo suficientemente clara como para atraer a los inversores medios. Un mercado con liquidez en estos valores protectores ayudaría a los bancos a ser más seguros pero no excesivamente menos rentables.

Al préstamo empresarial también podría venirle bien algo de cierto pensamiento creativo. A las empresas demasiado pequeñas o arriesgadas para introducirse en el mercado de obligaciones les está resultando difícil obtener préstamos bancarios. Un producto que permita a inversores no bancarios asumir riesgos crediticios controlados sobre los préstamos podría ser útil para todos.

Por desgracia, si la buena innovación florece en 2010, será difícil controlar a su gemelo maligno. Cuando los inversores estén dispuestos a experimentar con productos complicados, los diseñadores de productos estarán encantados de prometer más beneficios por menos riesgo -aparente- mediante el milagro de la química financiera.

Ya ha vuelto la búsqueda de la rentabilidad, desenfrenada en los tiempos de vacas gordas, y con ella la aceptación de productos innovadores. En diciembre, el grupo de telecomunicaciones italiano Wind conseguía lanzar un pagaré de pago con títulos (payment in kind, PIK, o pago en especie), que permite al emisor pagar los intereses en deuda adicional y no en metálico. Es el primer PIK de este tipo en dos años.

Los márgenes de crédito ya se han estrechado considerablemente; el índice de derivados de crédito Markit iTraxx, compuesto principalmente por créditos de alto rendimiento, se ha reducido a la mitad, desde su punto máximo de 1.100 enteros a menos de 480. Si el rendimiento de las obligaciones se mantiene bajo y la liquidez sigue elevada, reaparecerán las obligaciones con garantía multilateral, la deuda empresarial fuertemente subordinada y otros productos estructurados. Los inversores deberían tener cuidado, pero probablemente no lo tengan. -