Entrevista:PEDRO LEÓN SÁNCHEZ | Centrocampista del Getafe

"Madrid y Atlético no me quisieron"

Pedro León Sánchez (Mula, Murcia; 23 años) responde a la perfección a la fama de pícaro que se ha ganado por sus quiebros y requiebros por la orilla derecha del Getafe. Su último show silenció el Sánchez Pizjuán, donde el Sevilla volvió a caer ocho meses después. Su majestuosa jugada final, en la que se fue de tres contrarios y sólo Palop evitó el gol, le corona como uno de los jugadores más determinantes de la Liga.

Pregunta. En su familia, el ciclismo es casi una religión. ¿Por qué terminó siendo futbolista?

Respuesta. De niño, montaba en bici con fr...

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Pedro León Sánchez (Mula, Murcia; 23 años) responde a la perfección a la fama de pícaro que se ha ganado por sus quiebros y requiebros por la orilla derecha del Getafe. Su último show silenció el Sánchez Pizjuán, donde el Sevilla volvió a caer ocho meses después. Su majestuosa jugada final, en la que se fue de tres contrarios y sólo Palop evitó el gol, le corona como uno de los jugadores más determinantes de la Liga.

Pregunta. En su familia, el ciclismo es casi una religión. ¿Por qué terminó siendo futbolista?

Respuesta. De niño, montaba en bici con frecuencia porque mi padre tuvo un accidente: era guardia civil y le atropellaron. Hablan de atentado, pero no fue así. Le dieron la invalidez y le dijeron que se iba a quedar cojo. Así que le recomendaron que hiciera bicicleta. Y, como no sabe hacer nada solo, mi padre empezó por llevarse a mis dos hermanos mayores. Así empezamos todos a cogerle la rutina, pero sólo en verano. En invierno siempre estabas parado... Nos aburríamos. Así que nos metimos los tres al fútbol. Mi hermano mayor duró un año, Luis [corredor del Caissse d'Epargne] creo que dos semanas y yo ya me quedé ahí. En cuanto veo un balón no me puedo contener.

P. ¿Nota tanto en su rendimiento haber practicado antes otro deporte tan diferente?

R. En lo que es la concentración y la mentalidad no se nota, pero sí en el esfuerzo físico. El ciclismo es sólo eso mientras que en el fútbol lo compaginas también con la táctica, la técnica... El ciclismo es muy exigente. El fútbol, también: hay más contacto físico, pero dar pedales se hace muy duro, más sacrificado, porque, aunque estés en un equipo, realmente pedaleas tú solo. En el fútbol dependes más del compañero. Sobre la bici, esa monotonía de estar solo todos los días...

P. ¿Cómo es posible que el Getafe le fichara por cuatro millones de euros, adelantándose a muchos grandes?

R. Hubo muchos rumores, pero el que realmente apostó fuerte por mí fue el Getafe. Desde el presidente, Ángel Torres, hasta el técnico, Míchel. El proyecto me convencía y me querían de verdad. Entendí que era una oportunidad para seguir creciendo y así se lo manifesté al presidente del Valladolid [Carlos Suárez]. Salimos ganando todos, creo yo: costé 300.000 euros y en Zorrilla se embolsaron cuatro millones.

P. Unos años antes, el Madrid y el Atlético le rechazaron.

R. No me quisieron. Me echaron atrás las dos veces. En el Madrid, Paco de Gracia fue el que me dijo que ya me llamarían. No lo hicieron. Y en el Atleti no recuerdo quién fue, pero lo mismo. Así que volví a Murcia. Allí jugué cuatro partidos en la División de Honor, luego en el B y ya me subieron al primer equipo.

P. Cuatro equipos en cuatro años. Hay quienes le acusan de ser un culo inquieto.

R. Me han tildado de muchas cosas: de pesetero, polémico... De muchas. Quienes me conocen saben que soy una persona muy tranquila, muy normal, muy sencilla... No voy ni de crack ni de divo. Que me llamen el Beckham de Mula por los lanzamientos de falta es una exageración. Estando en el Murcia, con Lucas Alcaraz, pasé de titular a suplente y llegaron dos ofertas, una del Madrid, para salir cedido, y otra del Levante. Al Madrid no me dejaron ir porque la del Levante era más alta (2,3 millones). Así que allí me fui y pasó lo que pasó: el equipo cayó en la ruina, bajamos, la Ley Consursal... Por suerte, tenía una oferta del Valladolid.

P. ¿Qué sacó de provecho de ese año en el Levante?

R. Futbolísticamente, quizá no mejoré mucho, pero sí lo hice como persona. Yo era joven. Llegué a una ciudad como Valencia... No cobraba un duro... Lo pasé muy mal, pero algo aprendí. Llegaba a entrenar y cada día había un problema. Un día te prometían que iba a llegar el dinero, al siguiente que había sido denegado... Suerte que mi hermano ciclista me ayudó económicamente. Mendilibar me recogió. Llegué muerto del Levante. Le estaré eternamente agradecido al Valladolid.

P. ¿Es Mendilibar el técnico que más le ha marcado?

R. Él y Míchel, sin distinciones. Con Míchel no parece que llevemos sólo unos meses. Desde el primer día me ha dado mucha confianza. Que haya jugado en la misma posición hace que me dé consejos útiles. Cualquier palabra que me diga, con lo que ha sido en el fútbol, la tomo al pie de la letra. Firmo la mitad de lo que él logró. No voy a descubrir ahora a Míchel.

P. Son octavos, a tres puntos de Europa. ¿Se puede permitir el Getafe volver a soñar? El año pasado casi costó el descenso.

R. Al principio, éramos un poco irregulares. El equipo hacía partidos muy buenos y muy malos. En el último mes ya va cogiendo esa competitividad y regularidad. Estamos mejor en ese sentido. Tenemos muy buena plantilla, pero hay que demostrarlo en el campo. No somos ni más ni menos que nadie. Tenemos mimbres para estar arriba, pero hay que ir paso a paso. Antes de nada, hay que establecer las bases.

Pedro León, en el estadio del Getafe.SANTI BURGOS

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