Reportaje:

El alma de los años veinte

Una muestra analiza en Sevilla la trayectoria del torero Ignacio Sánchez Mejías

Ese Ignacio Sánchez Mejías (Sevilla, 1891-Madrid, 1934) que protagonizó el Llanto de García Lorca, elegía que ha recorrido el mundo y que muchos tienen por la mejor escrita en español, fue mucho más que un torero: Crítico taurino, dramaturgo, novelista, presidente de Real Betis Balompié y, sobre todo, mecenas, amigo e impulsor de la Generación del 27. La exposición Sánchez Mejías y la Edad de Plata, que se inauguró el miércoles en el Casino de la Exposición de Sevilla, analiza al hombre y al mito literario en el 75º aniversario de su muerte.

Los dos años de trabajo que ha ...

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Ese Ignacio Sánchez Mejías (Sevilla, 1891-Madrid, 1934) que protagonizó el Llanto de García Lorca, elegía que ha recorrido el mundo y que muchos tienen por la mejor escrita en español, fue mucho más que un torero: Crítico taurino, dramaturgo, novelista, presidente de Real Betis Balompié y, sobre todo, mecenas, amigo e impulsor de la Generación del 27. La exposición Sánchez Mejías y la Edad de Plata, que se inauguró el miércoles en el Casino de la Exposición de Sevilla, analiza al hombre y al mito literario en el 75º aniversario de su muerte.

Los dos años de trabajo que ha realizado un equipo de 15 personas coordinado por Antonio Fernández Torres han servido para descubrir gran cantidad de material inédito que, en su mayoría, procede del archivo familiar del torero. Uno de los hallazgos más sorprendentes ha sido la novela incompleta La amargura del triunfo, un texto bastante autobiográfico que Sánchez Mejías escribía a mano y del que sólo se conocía el primer capítulo titulado 'Marujilla, la de las perlas negras'. Texto que él mismo leyó en el Ateneo de Valladolid en 1925 y tras tres tardes de exitosas faenas.

"A nadie dejaba indiferente este maestro de la pluma y el estoque"

"En la novela, que ha editado Berenice, el personaje principal es un torero, José Antonio El Niño Alvento, que es una mezcla de Joselito y de él mismo", apunta Fernández Torres, del estudio sevillano Puerta de Tannhauser, autores de la muestra junto al Centro de Estudios Andaluces y con la colaboración del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS).

"No fue ni el mejor torero, ni el mejor novelista, ni el mejor dramaturgo, pero sí un personaje singularísimo dotado de un gran atractivo. Sánchez Mejías fue un personaje fundamental en la Edad de Plata de la cultura española. Cada vez que se profundiza en algo de lo ocurrido en los años veinte, él estaba detrás de alguna forma", explica el coordinador de la muestra.

El centro de la exposición, que estará abierta hasta el 31 de enero, son las páginas de un gran libro, de más de dos metros, en las que se puede leer la famosa elegía que le dedicó su amigo Federico García Lorca cuando murió de gangrena a causa de una cornada que recibió en la plaza de Manzanares. Después pueden verse una especie de capillas en las que los documentos y las fotografías se alternan con grabaciones audiovisuales de la época y con algunos objetos, como un modelo de Ford como el que usaba el torero o el espejo que heredó de Joselito y con el que Sánchez Mejías, al igual que su maestro, se miraba la castañeta antes de salir al ruedo.

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"Algunos lo amaban y otros lo odiaban, pero a nadie dejaba indiferente este maestro de la pluma y el estoque", concluye Fernández Torres.

Un aspecto de la exposición dedicada a Ignacio Sánchez Mejías.GARCÍA CORDERO

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