Reportaje:Talentos

Fuegos fatuos en memoria del cine

El Museo de Arte Moderno de París propone una reflexión sobre la desaparición de la imagen

Un grupo de adolescentes juega al fútbol con una pelota de fuego. Todo sucede deprisa. De pronto, la bola de fuego quema la pantalla. La luz, fuente de placer, juego y destrucción, crea las imágenes y también las destruye. La película, que se interroga sobre la desaparición del cine, se titula Los fantasmas de Nabua y abre el recorrido de Primitive, un proyecto expositivo inédito del joven artista y cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul, que se presenta en el Museo de Arte Moderno de París, hasta el 3 de enero. Impregnado de múltiples referencias (de la filosofía budista a...

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Un grupo de adolescentes juega al fútbol con una pelota de fuego. Todo sucede deprisa. De pronto, la bola de fuego quema la pantalla. La luz, fuente de placer, juego y destrucción, crea las imágenes y también las destruye. La película, que se interroga sobre la desaparición del cine, se titula Los fantasmas de Nabua y abre el recorrido de Primitive, un proyecto expositivo inédito del joven artista y cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul, que se presenta en el Museo de Arte Moderno de París, hasta el 3 de enero. Impregnado de múltiples referencias (de la filosofía budista a la vida cotidiana, de las soap operas a los cuentos tradicionales, del cine clásico y experimental a la cultura popular) las obras de Weerasethakul son una celebración de la memoria y sus enigmas.

La instalación parisiense reúne ocho películas, rodadas por el artista en Nabua, un área en el noreste de Tailandia que durante dos décadas, entre los años sesenta y los ochenta, soportó una brutal represión a mano de los militares, que destruían pueblos enteros bajo pretexto de desmantelar la insurgencia comunista. "Por ello, a Nabua se la conoce como la ciudad de las viudas, pero ahora es tan sólo una leyenda... Para los jóvenes tailandeses Nabua ya no significa nada", lamenta el artista, que a través de microescenarios intenta "reactivar su memoria y devolver la vida a sus recuerdos".

Como en una catarsis audiovisual, la cámara de Weerasethakul se desplaza lentamente, inmortalizando los adolescentes y a través de ellos a los fantasmas de sus antepasados. En sus historias, realidad y fantasía se mezclan y entrelazan, trasladando el espectador a un mundo híbrido, donde los jóvenes juegan con una pelota de fuego y construyen astronaves en los bosques. "La obra fue rodada en una región donde la vida de las personas es dominada por la firme creencia en la transformación y la reencarnación, por ello Primitive celebra las fuerzas destructivas de la naturaleza llamadas a transformarse y renacer", explica el artista. Weerasethakul tomó como punto de partida para su proyecto un librito que le regaló hace años un monje, en el cual se relata la historia de Boonmee, un hombre capaz de recordar sus numerosas vidas anteriores. "No necesitaríamos el cine, si fuéramos capaces de entrenar nuestro espíritu a ver más allá como Boonmee. Desgraciadamente, la mayoría somos demasiado triviales... somos seres primitivos".

Una imagen del rodaje de Los fantasmas de Nabua.
El artista y cineasta Apichatpong Weerasethakul.

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