Vuela el Barça, despega el Madrid

Con el Barça a por su sexto título consecutivo, el Madrid parece haber despegado por fin. En Valencia no sólo se impuso tras un choque tremendo (2-3), crudo y exigente como pocos, sino que lo hizo con todas las trabas del mundo: sin Cristiano Ronaldo y sin Kaká, con Pepe gravemente lesionado al filo del descanso -estará seis meses de baja por una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha-, con la peor versión de Casillas que se recuerda y con un Barça ocho puntos por encima antes del choque de Mestalla. Pero el Madrid se sobrepuso con una voluntad de hierro, una excelente prestación d...

Con el Barça a por su sexto título consecutivo, el Madrid parece haber despegado por fin. En Valencia no sólo se impuso tras un choque tremendo (2-3), crudo y exigente como pocos, sino que lo hizo con todas las trabas del mundo: sin Cristiano Ronaldo y sin Kaká, con Pepe gravemente lesionado al filo del descanso -estará seis meses de baja por una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha-, con la peor versión de Casillas que se recuerda y con un Barça ocho puntos por encima antes del choque de Mestalla. Pero el Madrid se sobrepuso con una voluntad de hierro, una excelente prestación de jugadores secundarios como Garay, Marcelo y Van der Vaart -un acierto como relevista de Kaká, un buen ojo el de Manuel Pellegrini- y la esperadísima resurrección de Karim Benzema, un cuchillo para la defensa local, finalmente afeitada por Higuaín, que con sus ocho goles ya le ha dado 13 puntos al equipo de Pellegrini. Tras fracasar ante el Milan en dos ocasiones, el Sevilla y el Barcelona, el Madrid reivindicó su valía ante un grande. En esta etapa, carácter sólo le faltó frente al Alcorcón.

Benzema es un cuchillo e Higuaín ha dado 13 puntos al Madrid con ocho goles

Pellegrini ha demostrado buen ojo con los secundarios: Van der Vaart y Garay

El Valencia aspiraba a desbancar a su adversario del segundo puesto, pero, salvo su arreón inicial, siempre estuvo por debajo del Madrid, que le sacó de rueda. Sin tregua, sus jugadores interpretaron mucho mejor lo que demandaba el encuentro: vértigo, golpes directos y valentía. El conjunto de Unai Emery, a rebufo de sus resultados en Pamplona y en Bilbao, intentó explotar el campo de minas que siembran en el eje dos tipos duros como Albelda y Marchena. Pero ambos son proclives a olvidarse del juego y provocar todos los incendios posibles en las filas enemigas. Cuando se empecinan en disputar su peculiar guerrilla, se desenchufan los cuatro delanteros, lo mejor de este Valencia. Tampoco, como quedó patente el sábado, su pierna fuerte sostiene defensivamente al equipo. En el remate decisivo de Garay, Marchena fracasó en su arte marcial sobre el central argentino del Madrid. Como tampoco logró cambiar el guión arbitral con sus teatrillos. Con la llegada del argentino Chori Domínguez, del Rubin Kazán, que hoy pasa revisión médica, Emery ya puede darle una vuelta al dique.

Un cuarto de hora antes de la volcánica cita de Mestalla, el líder, el Barça, estuvo irreconocible en su partido del Camp Nou. Un penalti más bien virtual le alivió en el derby ante un Espanyol que logró desnaturalizarle, sobre todo en el segundo tiempo. El Barça se ha puesto el listón tan alto que su maratoniana temporada tiene picos, pero siempre ha respondido con entereza en las fechas subrayadas. Pese a su bajón ante los vecinos, sus grandes destellos se mantienen y el equipo, ya con dos títulos en la mochila, lidera la Liga, hizo lo mismo en su grupo de la Liga de Campeones, está vivo en la Copa del Rey y desde ayer se ha enrolado en una nueva aventura, el Mundial de Clubes, trofeo que no tiene y que cuadraría un ciclo celestial, inmaculado. Un nuevo peaje en su estresante temporada, que ayer le llevó al calor de Abu Dabi tras 12 horas de viaje.

Con el Barça por los aires, el Madrid en alza, Muniain de ilusionista del Athletic y Marcelino como chivo expiatorio del Zaragoza, de nuevo se estrelló el Atlético, definitivamente gripado, a un punto del descenso tras 14 jornadas y ya dos técnicos como inquilinos. El Villarreal (1-2) le mantuvo en los infiernos. Todo lo contrario le ocurre al Mallorca, que con su victoria en Pamplona (0-1) flirtea con la élite.