El metal denuncia caos, despilfarro y morosidad en la Administración

"Vamos hacia la mayor destrucción de la historia del tejido productivo"

Vicente Lafuente, presidente de Femeval, la patronal valenciana del sector del metal, reivindicó ayer el papel de los industriales responsables y denunció que el caos que impera en la Administración, el despilfarro de fondos públicos y la creciente deuda pública son factores que complican la salida de la crisis.

Lafuente, que relevó en el cargo a José Vicente González, actual presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, la patronal provincial de Valencia, aprovechó la novena edición de la entrega de los premios Femeval para denunciar que muchas pequeñas empresas están "a punto...

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Vicente Lafuente, presidente de Femeval, la patronal valenciana del sector del metal, reivindicó ayer el papel de los industriales responsables y denunció que el caos que impera en la Administración, el despilfarro de fondos públicos y la creciente deuda pública son factores que complican la salida de la crisis.

Lafuente, que relevó en el cargo a José Vicente González, actual presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, la patronal provincial de Valencia, aprovechó la novena edición de la entrega de los premios Femeval para denunciar que muchas pequeñas empresas están "a punto de tirar la toalla porque las líneas de apoyo no llegan a las pymes" y lamentar el abandono de los industriales: "La única vía de financiación que existe es conseguir pedidos y producción".

Y cargó expresamente contra los problemas añadidos que genera una Administración que hace omisión de sus responsabilidades: "A esto debemos sumarle un año marcado por un despilfarro generalizado de la Administración; unos ayuntamientos que están asfixiados y sin dotación presupuestaria; un imparable incremento de la deuda pública, y unos partidos políticos más centrados en resolver problemas internos, que en presentar propuestas eficaces que revitalicen la economía y generen empleo y bienestar".

"Los resultados nos demuestran que no lo estamos haciendo bien", siguió Lafuente, "de seguir así caminamos hacia la mayor destrucción de la historia del tejido productivo".

Bruno Broseta, secretario autonómico de Industria, soportó el chaparrón y se relajó cuando Lafuente extendió sus críticas hacia la Administración central al bromear sobre la Ley de Economía Sostenible, que presentó el domingo en un acto multitudinario José Luis Rodríguez Zapatero. "A nosotros nos parece insostenible el escaso apoyo demostrado hacia ciertos sectores estratégicos generadores de actividad y empleo y con capacidad de multiplicar sus efectos sobre el conjunto de la economía".

Al Gobierno central, Lafuente le reclamó "una política fiscal enfocada a reactivar la demanda, el consumo y la inversión"; un marco laboral más simple; formación laboral en todos los escalones; y un modelo energético que minimice la dependencia de los mercados exteriores.

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No asistió al acto ningún representante del Gobierno central, pero el presidente de Femeval siguió inmisericorde su discurso contra la pasividad de los políticos. "En el ámbito político, y según refleja la última encuesta del CIS, nos encontramos ante la mayor crisis de confianza en la clase dirigente. Ningún gobernante parece tener una idea clara de cómo salir de la actual coyuntura, ni desde el Gobierno central ni las diferentes comunidades autónomas. A cambio, nos estamos encontrando con un Gobierno y una oposición sin voluntad para aunar esfuerzos que nos ayuden a superar esta situación. Los intereses de partido están primando sobre los intereses generales de la sociedad y están ofreciendo un espectáculo poco edificante que desvirtúa su papel como impulsores de soluciones y representantes de los intereses de todos los ciudadanos".

Lafuente reclamó "sentido común" a los dirigentes políticos. Y a las administraciones en general, que paguen lo que deben: "La morosidad de las administraciones se ha triplicado en el último año y están pagando con un retraso que oscila entre los 210 y 380 días de media. Algunos ayuntamientos acumulan ya demoras en sus pagos de hasta 18 meses. Esto se traduce en que una de cada cuatro quiebras empresariales que se producen hoy en España tiene su origen en el incumplimiento de los plazos de pagos".

3"Se debe de cambiar la confrontación sistemática, por acuerdos nacionales que ayuden a recuperar la confianza", exigió Vicente Lafuente, presidente de Femeval, a los dirigentes políticos. Y cargó sin contemplaciones contra el gigantismo del aparato público: "Las administraciones se han convertido en un saco sin fondo de generación de empleo a través de la oferta pública. Tenemos una masa funcionarial de 2.580.000 empleados públicos, tres veces la población de una ciudad como Valencia, lo que supone un coste para las arcas del Estado de 25.000 millones de euros anuales, y todo este dinero tiene que salir de la economía productiva".

"En esta situación de crisis, y teniendo en cuenta la caída de ingresos que tendrán las administraciones, la lógica presupuestaria aconseja una moderación en los gastos públicos", aconsejó Lafuente, "pero ningún gestor público está adoptando iniciativas de austeridad".

Lafuente se expresó con tanta llaneza como dureza: "Las economías domésticas y las empresariales cuando tenemos problemas económicos nos apretamos el cinturón y reducimos gastos. Las administraciones no lo han hecho, y lo que no puede soportar la sociedad, es que cuando se ve que no salen los números, la solución fácil sea una subida de los impuestos en lugar de optimizar la gestión. Está claro que cualquier Administración que mira al tejido empresarial como un enemigo, en vez de un aliado, apuesta por una economía basada en el fracaso y en la destrucción generalizada de empleo. Las administraciones no deben permanecer con las manos cruzadas ante lo que está pasando, porque tienen un contrato temporal renovable cada cuatro años, y deberían racionalizar sus actos sabiendo que juegan con el dinero de los ciudadanos".

"Invertir en las empresas es la única manera efectiva de mantener el empleo", sentenció Lafuente apelando al Gobierno central. Pero también tuvo duras palabras hacia las entidades financieras, a las que achacó "frivolidad, por las nulas facilidades de financiación".

"Si no se apoya con valentía a las empresas en breve no estaremos hablando de porcentajes de desempleo, sino de irreparables índices de mortandad de empresas", concluyó Lafuente, para reclamar un encuentro de todos los agentes sociales para definir "un modelo de desarrollo económico que defina quiénes somos, adónde queremos llegar y en qué se debe apostar".

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