El delegado de la Xunta en Ourense trata de frenar al hijo de Baltar

Los críticos a Baltar intentan que no controle el congreso

Consenso para hacer frente a la sucesión del baltarismo. Ésta es la consigna en el PP de Ourense, dispuesto a ofrecer una candidatura de integración al hijo del presidente provincial, el vicepresidente del Parlamento gallego, José Manuel Baltar Blanco, único militante que se ha postulado hasta el momento para la presidencia del partido.

El delegado de la Xunta en la provincia, Rogelio Martínez, cree que prosperará una lista alternativa. Martínez se descarta para ese puesto pero está convencido de que la mejor opción sería el consenso: una candidatura de integración de los dos sectores e...

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Consenso para hacer frente a la sucesión del baltarismo. Ésta es la consigna en el PP de Ourense, dispuesto a ofrecer una candidatura de integración al hijo del presidente provincial, el vicepresidente del Parlamento gallego, José Manuel Baltar Blanco, único militante que se ha postulado hasta el momento para la presidencia del partido.

El delegado de la Xunta en la provincia, Rogelio Martínez, cree que prosperará una lista alternativa. Martínez se descarta para ese puesto pero está convencido de que la mejor opción sería el consenso: una candidatura de integración de los dos sectores enfrentados, encabezada por alguien próximo al presidente provincial y a su hijo. Y cita, como posible candidato, al diputado autonómico Rosendo Martínez (ilocalizable ayer para este diario), del núcleo duro del baltarismo. La propuesta pasaría por que en la ejecutiva que éste presidiera hubiese una amplia representación del partido "y nadie quedase excluido".

De momento, la opción es recibida con escepticismo en el sector del PP que encabeza Martínez. Destacados militantes la ven inviable. "Baltar Blanco se blindó", señalan, convencidos de que si fragua una lista nueva, el hijo se retirará y se presentará el padre, a quien nadie se atreve a hacer frente.Baltar y su hijo "dejaron todo atado", dicen los dirigentes populares consultados. En cualquier caso, los contrarios aceptarían la opción de Rosendo Fernández "con tal de que no se mantenga la línea sucesoria, algo que el PP ya no puede vender en ningún lado". Creen que con Baltar Blanco de número dos y una ejecutiva plural "y equilibrada", el partido podría iniciar la transición hacia "la normalidad", aunque insisten en que la opción de Rosendo Martínez dependerá "de lo que diga el presidente". "Ya veremos si apuesta por el partido o por su hijo".

Sin embargo reconocen que hay otras bazas que podrían inclinar a Baltar a aceptar la lista de consenso. Una de ellas, la garantía que "sin duda va a ofrecer" la ejecutiva gallega de que el congreso no estará organizado desde la Diputación; esto es, que no sea el presidente quien dirija el congreso al que se presenta su hijo designando a los compromisarios. El delegado de la Xunta en la provincia tiene la convicción de que la ejecutiva gallega garantizará un cónclave "limpio", dirigido por representantes consensuados, "no puede ser de otra manera".

Con la garantía de un congreso democrático, la otra baza que en opinión de los críticos a Baltar lo forzaría a aceptar la lista consensuada es la determinación de presentar candidatura alternativa para enfrentarla a la de Baltar Blanco y medir sus apoyos reales en la provincia. No descartan para ello la opción del portavoz del PP en el Parlamento, Antonio Rodríguez Miranda.

En deuda con Baltar

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El sector contrario a Baltar está convencido de que "pese a los resortes institucionales y mediáticos" que utiliza su hijo "no tiene los mismos apoyos que su padre". Y alertan de que pueda repetirse con él el "síndrome Cuiña", que contaba con todos los apoyos para el congreso de la renovación para sustituir a Fraga y acabó retirándose de la carrera sin conseguir siquiera el de Baltar. Confían además en que las continuas comparecencias de Baltar Blanco (entrevistas recogidas en la prensa local con asociaciones vecinales, alcaldes, militantes y otros colectivos afines) supongan más "un desgaste" que su promoción porque "se empieza a ver quién es el que gobierna".

Mientras el congreso se pospone (de noviembre a enero) los alcaldes más fieles al presidente empiezan a reconocer en privado que no se sienten obligados a respaldar a Baltar Blanco. "Yo estoy en deuda con Baltar, no con su hijo", reconoce desde el anonimato uno de estos veteranos.

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