España frente a siete campeones

Clasificados los siete campeones el mundo, como ya sucedió en 2002, España, que aún no lo es, se presenta en Suráfrica con la bandera del buen gusto, acompañada de Chile y Holanda, frente a un pelotón de selecciones tan eficaces como poco atractivas capitaneadas por Brasil, la gran favorita. Italia llega de puntillas mientras Marcelo Lippi recompone el equipo con el que ganó en Alemania 2006. Alemania, siempre en la Copa del Mundo desde Suiza 1954, cuando ganó, espera la consagración del sugerente Ozil, centrocampista de 20 años del Werder Bremen. Inglaterra, domesticada por el látigo de Fabio...

Clasificados los siete campeones el mundo, como ya sucedió en 2002, España, que aún no lo es, se presenta en Suráfrica con la bandera del buen gusto, acompañada de Chile y Holanda, frente a un pelotón de selecciones tan eficaces como poco atractivas capitaneadas por Brasil, la gran favorita. Italia llega de puntillas mientras Marcelo Lippi recompone el equipo con el que ganó en Alemania 2006. Alemania, siempre en la Copa del Mundo desde Suiza 1954, cuando ganó, espera la consagración del sugerente Ozil, centrocampista de 20 años del Werder Bremen. Inglaterra, domesticada por el látigo de Fabio Capello, viene de arrasar con 34 goles en 10 partidos que dejaron en la cuneta a su verdugo en el camino hacia la pasada Eurocopa: Croacia. Por detrás, algunas históricas clasificadas de mala manera: vergonzante la entrada de Francia, tras un juego pobrísimo y una favorable actuación arbitral frente a la República de Irlanda en la repesca; lamentable la de Argentina en un último partido muy chusco frente a Uruguay. El conjunto charrúa, a su vez, eliminó angustiosamente a Costa Rica.

Messi y Cristiano, que aspiran al trono, llegan tras una pésima fase clasificatoria

África exhibirá por primera vez a sus dos perlas del último decenio, Drogba (Costa de Marfil) y Eto'o (Camerún). El atacante del Chelsea, de 31 años, lidera un combinado de jugadores de primera línea en los clubes europeos: Zokora, los hermanos Touré, Kalou, Sekou Cissé y Sanogo. El goleador del Inter, de 28, vuelve al escenario mundialista ocho años después -anteriormente estuvo en Francia 98 con 17 años- tras haberse perdido el de 2006 por un penalti que erró Wome ante Egipto.

Su sustituto en el Barça, el sueco Ibrahimovic, es la única gran estrella perdida para Suráfrica. En un escalón inferior, también se quedan en casa el ruso Arshavin (Arsenal), el maliense Kanouté (Sevilla) y el ucranio Shevchenko (Dinamo de Kiev). Al duelo por el trono de mejor futbolista se apunta Cristiano Ronaldo pese al apurado aterrizaje de Portugal y Messi a pesar de su frustrada participación, de momento, en el entramado de Maradona. Les siguen Rooney (nueve goles en la clasificación), Luis Fabiano (otro nueve) y Villa (siete).

La mayor decepción ha sido Rusia. A su fútbol emergente, regado de petrodólares, ni siquiera le ha servido apostar por un valor seguro como el holandés Guus Hiddink, presente como entrenador en tres Mundiales con tres selecciones distintas (Holanda, Corea del Sur y Australia), incapaz de repetir esta vez con una representación mucho más poderosa. Lo peor ha sido caer ante la pequeña Eslovenia, reminiscencia de la antigua Yugoslavia junto a la prometedora Serbia de Radomir Antic. Al igual que Rusia, otros dos combinados que dejaron huella en la pasada Eurocopa han quedado fuera: Turquía y Croacia.

Brasil, primer clasificado en el escalafón de la FIFA, no admite dudas sobre su fiabilidad. Tiene cara de ganador nato. Tanto por su pasado -cinco Copas del Mundo- como por su presente -el tenaz Dunga ha construido un conjunto muy parecido a lo que fue él como mediocentro-. Gracias a su solidez defensiva y a un temible contragolpe, ha liderado el grupo suramericano, en el que ha brillado sorprendentemente Chile con 32 goles en 18 partidos, uno menos que Brasil. La figura en Chile es su entrenador, el argentino Marcelo Bielsa, generador de entusiasmo en sus futbolistas, entre quienes destacaron Humberto Suazo (Monterrey, 10 goles) y Alexis Sánchez (Udinese, tres).

Argentina quiere que Suráfrica 2010 sea una réplica de México 1986, cuando se proclamó campeona con la bomba de Maradona en el campo y la doctrina de Carlos Bilardo en el banquillo. La mímesis ha llevado a Maradona a inspirarse en el fútbol tosco de Bilardo y a pretender que Messi ejerza de Diego.