Tercera jornada de la Liga de Campeones

Monumento de Raúl al rechace

Hace una semana, Raúl recibió a unos chavales en Valdebebas y grabó con ellos un entrenamiento promocional con sentido festivo y didáctico. En un momento del encuentro animó a uno de los visitantes a que corriera en busca del rebote: "¡Siempre hay que ir al rechace! ¡Los goles de rechace son los más importantes! Parecen fáciles, pero no lo son. Hay que seguir la jugada".

Para acudir a todos los rechaces no es necesario ser hábil, fuerte, ni joven. Parece sencillo. Pero, por algún motivo, los futbolistas, normalmente, acuden a los partidos con la vocación infantil de divertirse. Olvidan ...

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Hace una semana, Raúl recibió a unos chavales en Valdebebas y grabó con ellos un entrenamiento promocional con sentido festivo y didáctico. En un momento del encuentro animó a uno de los visitantes a que corriera en busca del rebote: "¡Siempre hay que ir al rechace! ¡Los goles de rechace son los más importantes! Parecen fáciles, pero no lo son. Hay que seguir la jugada".

Para acudir a todos los rechaces no es necesario ser hábil, fuerte, ni joven. Parece sencillo. Pero, por algún motivo, los futbolistas, normalmente, acuden a los partidos con la vocación infantil de divertirse. Olvidan que cada vez que un compañero tira a puerta se genera una ocasión de gol que sólo se puede concretar acudiendo a ver qué pasa. Por si acaso. Como quien busca billetes en un parque. Así ha hecho Raúl una fortuna. Así ha metido el mismo número de goles que Di Stéfano y ha igualado a Müller como máximo goleador de las competiciones europeas (66). Lo extraordinario de Raúl es que lleva 15 años acudiendo a todos los rechaces. El hombre ha pescado con disparos de Zamorano, Laudrup, Mijatovic, Suker, Morientes, Figo, Ronaldo, Zidane y Van Nistelrooy. Ha sabido aprovechar como nadie la poderosa sucesión de rematadores que han pasado por el Madrid. Como el galgo perdicero después de cada estampido, Raúl nunca dejó de buscar en el área.

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Ahora, el capitán apura sus últimos años de carrera haciendo lo que siempre hizo. Coge la calculadora y calcula que, si acude a los rechaces de los tiros de Kaká, Benzema y Cristiano, le alcanzará para meter 15 goles por lo menos. Ayer volvió a desplegar su red. Vio cómo Granero armaba la pierna y arrancó con fervor. Dida paró en primera instancia, pero el balón se le escurrió y cayó al suelo. Ahí estaba Raúl para empujar la pelota y abrir el marcador. Y después siguió demostrando su picardía al servirle a Drenthe su tanto con un saque de esquina.

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