Canciones para 'Madridona'

Hay grupos que tratan de inventar un nuevo estilo musical. Difícil tarea. Más fácil es eso de concebir términos. Lo que Dorian tiene en mente se llama Madridona, una ciudad imaginaria pero tangible, mezcla de Madrid -donde viven dos miembros de la banda- y Barcelona -los dos restantes-. "Es la ciudad perfecta", explica Marc Gili, compositor y cantante. "Nos llevamos lo mejor de las dos urbes".

Aunque hay otra tercera localización: La ciudad subterránea. Así ha llamado su tercer disco esta banda, firmes candidatos a ser la gran esperanza del electropop español. Un gé...

Hay grupos que tratan de inventar un nuevo estilo musical. Difícil tarea. Más fácil es eso de concebir términos. Lo que Dorian tiene en mente se llama Madridona, una ciudad imaginaria pero tangible, mezcla de Madrid -donde viven dos miembros de la banda- y Barcelona -los dos restantes-. "Es la ciudad perfecta", explica Marc Gili, compositor y cantante. "Nos llevamos lo mejor de las dos urbes".

Aunque hay otra tercera localización: La ciudad subterránea. Así ha llamado su tercer disco esta banda, firmes candidatos a ser la gran esperanza del electropop español. Un género, ya inventado, pero que vive una nueva y lustrosa juventud. Su nuevo disco -que presentan este viernes en la sala Heineken Madrid- es un homenaje a los sótanos. O mejor dicho, a todo lo que ocurre bajo tierra. "La música no avanza desde los despachos de las multinacionales sino desde sótanos de las ciudades donde los grupos empiezan a tocar", completa Belly, teclista y única chica del grupo.

De esa alcantarilla creativa y artística también ha surgido últimamente una explosión de grupos que, como Dorian, combinan sin complejos la música electrónica de baile con el sonido orgánico de las guitarras y batería: Mendetz, Delorean, Cat People, We are Standard.... "Yo lo llamo la nueva ola de la nueva ola", precisa Marc. "Creo que son las mejores bandas españolas desde los ochenta". La etiqueta inevitable, que admiten sin problemas, es la de modernos. "Mola ser modernos", sigue Marc. "Me molestaría más que nos llamasen antiguos".

Grabado durante ocho meses en Barcelona, en La ciudad subterránea ocurrió de todo: desde sesiones de trabajo perdidas por errores informáticos hasta crisis de creatividad que pusieron en peligro al grupo. "Dejaríamos de tocar antes que publicar algo mediocre. Nuestro nivel de autoexigencia es tan grande que había dos opciones: o nosotros podíamos con el disco o el disco acabaría con nosotros". Ocurrió, obviamente, lo segundo. Dorian se aleja de la política y los temas sociales de su anterior disco y liberan su subconsciente. "Nos han pasado tantas cosas durante estos dos últimos años que había que explicarlo. Cosas como replantearnos qué es lo que significa tener un grupo", aseguran. ¿Qué significa? "Ir a contracorriente", responden. "No sumarnos al camino fácil. Los personajes que pueblan la ciudad subterránea son personajes que no se adaptan a un molde". Aquí tenemos a cuatro.