Necrológica:

Salvador Lledó Matoses, maestro de cirujanos

Extrovertido, afable, con gran capacidad de trabajo, dedicado a los pacientes y a la investigación. Así recordaban ayer algunos de sus discípulos a Salvador Lledó Matoses (Sueca, 1945), jefe de servicio de cirugía general y digestiva del hospital Clínico de Valencia y presidente del Instituto Médico Valenciano, que falleció la noche del jueves por las complicaciones de un infarto de miocardio que sufrió hace dos meses en un viaje a Austria y que le mantenía ingresado en su propio hospital.

A lo largo de su trayectoria profesional, además del Clínico, Salvador Lledó dirigió el servicio d...

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Extrovertido, afable, con gran capacidad de trabajo, dedicado a los pacientes y a la investigación. Así recordaban ayer algunos de sus discípulos a Salvador Lledó Matoses (Sueca, 1945), jefe de servicio de cirugía general y digestiva del hospital Clínico de Valencia y presidente del Instituto Médico Valenciano, que falleció la noche del jueves por las complicaciones de un infarto de miocardio que sufrió hace dos meses en un viaje a Austria y que le mantenía ingresado en su propio hospital.

A lo largo de su trayectoria profesional, además del Clínico, Salvador Lledó dirigió el servicio de cirugía del hospital de Sagunto. Sus conocidos destacaron ayer la importancia que ha tenido su figura en el desarrollo en España de la coloproctología -ciencia que aborda las enfermedades relacionadas con el colon y el recto, así como su cirugía-. Este médico valenciano fue también presidente de la Asociación Española de Cirugía y, en homenaje a su distinguida contribución a la especialidad, seguía siendo presidente de honor de la Asociación Española de Coloproctología.

En una entrevista de hace unos años en la revista del Colegio de Médicos de Valencia, Lledó lamentaba la "falta de sintonía o comprensión social" hacia el trabajo de los facultativos y su proyección social, un sentimiento que extendía a "todos los médicos". Explicaba que pese a que el sistema sanitario español "es probablemente el mejor del mundo, uno de los más solidarios y justos, y de una calidad excepcional a todos los niveles", el ciudadano no tenía la "percepción social de este magnífico logro", una circunstancia que "repercute muy negativamente en el comportamiento social" hacia los profesionales.

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