Nadie quiere ser lateral

"Nunca he conocido un niño que diga: 'Quiero ser lateral'. Delanteros, porteros, centrocampistas como Xavi... Pero lateral... ¡Nunca!", explica Joan Capdevila, el indiscutible lateral izquierdo de la selección española, el jugador que ha disputado todos los partidos de la fase de clasificación para el Mundial de Suráfrica excepto el último, contra Armenia (su lugar lo ocupó Monreal). "Es un puesto ingrato. Tienes que hacer muchas cosas y no suelen ser muy vistosas. Se tiende a no darle importancia", sostiene Iraola, lateral derecho del Athletic, el futbolista que mañana, si no cambia de planes...

"Nunca he conocido un niño que diga: 'Quiero ser lateral'. Delanteros, porteros, centrocampistas como Xavi... Pero lateral... ¡Nunca!", explica Joan Capdevila, el indiscutible lateral izquierdo de la selección española, el jugador que ha disputado todos los partidos de la fase de clasificación para el Mundial de Suráfrica excepto el último, contra Armenia (su lugar lo ocupó Monreal). "Es un puesto ingrato. Tienes que hacer muchas cosas y no suelen ser muy vistosas. Se tiende a no darle importancia", sostiene Iraola, lateral derecho del Athletic, el futbolista que mañana, si no cambia de planes el seleccionador, Vicente del Bosque, será titular contra Bosnia en el último partido clasificatorio (un duelo con valor apenas estadístico para España: si gana, igualará la racha triunfal de 10 victorias seguidas que Brasil sumó camino del Mundial de México 1970 y Alemania del de España 1982). "Jugar de lateral es muy sacrificado", apunta Monreal, lateral zurdo de Osasuna, recién llegado a la selección. "¿Que si es un marrón jugar de lateral? Hombre, peor es no jugar", sostiene, sonriente, Sergio Ramos, lateral derecho y también central del Madrid.

"No hay muchos laterales de nivel en el fútbol actual", sostiene el técnico

Ramos, como el resto de laterales convocados por Del Bosque para la disputa de los dos últimos encuentros de clasificación (Capdevila, Iraola y Monreal), no empezó su carrera siendo únicamente lateral. Todos fueron acomodándose al puesto, incluido Iraola, un centrocampista creativo hasta que Ernesto Valverde, siendo Iraola un juvenil, le usó en la banda. "El cambio fue para dar más salida a la pelota desde atrás. Tuve que adaptarme, sobre todo tácticamente", reconoce el defensa vasco, uno de los siete futbolistas empleados por el entrenador salmantino en los laterales en los 19 partidos que lleva al frente del equipo nacional: Ramos, Capdevila, Puyol, Arbeloa, Iraola, Monreal y Albiol. En esos encuentros, Del Bosque ha utilizado siete combinaciones diferentes en los laterales. Su antecesor en el banquillo, Luis Aragonés, usó a 14 jugadores en las esquinas en los 54 partidos que afrontó durante cuatro años.

Con Del Bosque al mando, la pareja más utilizada ha sido la de Sergio Ramos y Capdevila: 12 partidos y 842 minutos juntos, incluyendo amistosos. La dupla Arbeloa-Capdevila ha sido la segunda más repetida (cinco encuentros, 273 minutos). El puesto de lateral ha recibido incluso a Albiol, que jugó dos partidos en la banda derecha con Capdevila al otro lado del campo. "Jugar de lateral no es fácil. Tienes que estar pendiente de muchas cosas: atacar y defender, abrir el campo en el ataque y cerrarlo en la defensa... No, no es fácil", conviene el madridista.

"No creo que tengamos problemas de laterales, pero sí es cierto que no hay muchos de nivel alto. Y no lo digo por el fútbol español, lo digo en general. No salen laterales", sostiene Del Bosque, que se confiesa relativamente tranquilo cuando mira lo que tiene para elegir. "Tenemos a estos cuatro... Está Arbeloa, que nos ofrece muchas posibilidades; Fernando Navarro, que ya ha venido con nosotros y puede volver en cualquier momento... Hay gente en las divisiones inferiores... Yo estoy tranquilo", asume el seleccionador, que públicamente dice estar contento del rendimiento que le ofrecen las pruebas en el lateral efectuadas hasta ahora y que insiste una y otra vez en administrar las cabalgadas de sus jugadores por las bandas. Por lo menos, no deben hacerlo a la vez. "Normalmente, cuando uno sube, el otro se debe quedar", explica Iraola. Es la ley, aunque no siempre se cumple.