Crónica:Tercera jornada de Liga

El Valencia paga su relajación

El Sporting aprovecha dos errores del meta Moyà para empatar

Dos errores del portero Moyà, uno por cada gol, permitieron a un Sporting encastillado puntuar en Mestalla. A pesar de jugar más de una hora con uno menos por la expulsión de Míchel. Fue perseverante, muy defensivo y lo logró. El Valencia se relajó y desaprovechó su superioridad por no saber rematar el encuentro.

El Sporting intuyó el desconcierto de las dos bajas a última hora en la defensa valencianista (Miguel, reincidente en su indisciplina, y Dealbert, con gripe). En su primer contragolpe, gol. La jugada fue sencillísima: balón largo de Rivera al espacio, Barral acelera, se impone ...

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Dos errores del portero Moyà, uno por cada gol, permitieron a un Sporting encastillado puntuar en Mestalla. A pesar de jugar más de una hora con uno menos por la expulsión de Míchel. Fue perseverante, muy defensivo y lo logró. El Valencia se relajó y desaprovechó su superioridad por no saber rematar el encuentro.

El Sporting intuyó el desconcierto de las dos bajas a última hora en la defensa valencianista (Miguel, reincidente en su indisciplina, y Dealbert, con gripe). En su primer contragolpe, gol. La jugada fue sencillísima: balón largo de Rivera al espacio, Barral acelera, se impone en la carrera y dispara seco al palo de Moyà.

Inspirado una vez más Banega, el mediocentro argentino volvió a mover con buen gusto el ataque de su equipo, que empató con un disparo rabioso de Villa. El Sporting entendió que era un partido para resistir y a eso se dedicó en lo que restaba de primera parte.

Con 10 desde el minuto 25, Preciado huyó de cualquier atisbo de romanticismo y retiró a De Las Cuevas para que Camacho ayudara a encastillar el centro del campo. Tan vulnerable el curso pasado la defensa sportinguista, la más goleada de esa Liga, Preciado se daba por satisfecho con el orden y la dedicación desplegada por sus muchachos.

Algo le faltaba al Valencia, pero no era fácil adivinar el qué. Un punto de genialidad, que es lo que ofreció Villa cuando picó con la izquierda, enrroscadita, al palo alejado de Juan Pablo. Golazo de El Guaje contra el equipo de su alma, que lo sufrió ayer por partida doble. Preciado recurrió un minuto después a Bilic con la obligación, ahora sí, de salir de la cueva. Y sí, Bilic tuvo el empate en un doble remate que rechazó Moyà, que se tragó poco después un centro al área que propició el empate de Gregory.

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