Reportaje:EXPOSICIONES

La ciudad desenterrada

La ciudad y sus múltiples representaciones está ligada a toda la carrera de Miquel Navarro (Mislata, Valencia, 1954). Metáfora de la soledad, su última visión de la urbe es "la ciudad desenterrada", una pieza de terracota que hasta el 31 de octubre se puede contemplar en la galería Raquel Ponce (Alameda, 5). A medias entre lo arqueológico y lo industrial, esta nueva ciudad supone una vuelta a los materiales primarios con los que tanto disfruta el artista. Chimeneas y rascacielos se confunden con figuras de extrañas composiciones que, a veces, recuerdan animales prehistóricos.

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La ciudad y sus múltiples representaciones está ligada a toda la carrera de Miquel Navarro (Mislata, Valencia, 1954). Metáfora de la soledad, su última visión de la urbe es "la ciudad desenterrada", una pieza de terracota que hasta el 31 de octubre se puede contemplar en la galería Raquel Ponce (Alameda, 5). A medias entre lo arqueológico y lo industrial, esta nueva ciudad supone una vuelta a los materiales primarios con los que tanto disfruta el artista. Chimeneas y rascacielos se confunden con figuras de extrañas composiciones que, a veces, recuerdan animales prehistóricos.

Hacía cuatro años que Navarro, cuya obra está presente en algunos de los más importantes museos del mundo, no protagonizaba una exposición individual en Madrid. Además de esta nueva ciudad, que ocupa la primera planta de la galería, Navarro expone parte de un ejército de guerreros construidos en aluminio marino.

Entre las esculturas, cuelgan varias acuarelas en las que el artista valenciano nos habla de las relaciones de la ciudad con el cuerpo humano.

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