Crónica:LIGA EUROPA | Primera Jornada

Un rebote fastidia a Emery

El Valencia pierde al final la ventaja del gol de Mata tras una jugada afortunada del Lille

Le sobraron cinco minutos a Emery para que le saliera la jugada perfecta: reservar a casi todos los titulares para la Liga y ganar en Lille con unas gotitas de calidad de uno de ellos. Mata marcó un minuto después de entrar en el campo (m. 77), tras un sutil toque con la zurda cuando se internaba por el carril del interior derecho. Aprovechó de primeras un preciso pase interior de Joaquín. Mata afila el remate en cada jornada, casi siempre al primer toque, señal de que, antes de disparar, ya sabe dónde quiere el balón: así marcó ante el Sevilla y ayer en Lille. Frente al Valladolid, sólo neces...

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Le sobraron cinco minutos a Emery para que le saliera la jugada perfecta: reservar a casi todos los titulares para la Liga y ganar en Lille con unas gotitas de calidad de uno de ellos. Mata marcó un minuto después de entrar en el campo (m. 77), tras un sutil toque con la zurda cuando se internaba por el carril del interior derecho. Aprovechó de primeras un preciso pase interior de Joaquín. Mata afila el remate en cada jornada, casi siempre al primer toque, señal de que, antes de disparar, ya sabe dónde quiere el balón: así marcó ante el Sevilla y ayer en Lille. Frente al Valladolid, sólo necesitó dos toques. Tres goles en tres partidos; tres remates de alta definición.

Eran los mejores momentos del Valencia, lanzado por la presencia intimidatoria de sus tres recién aparecidas figuras (Mata, Villa y Banega) cuando, inesperadamente, el único de los titulares que había sido alineado desde el principio, Bruno, chocó contra el infortunio. Su despeje golpeó en la cara de Hazard y el balón cayó en los pies de Gervinho, que encaró a César y lo batió por debajo de las piernas. En el único fallo del meta vallisoletano, de 38 años, que había parado las embestidas francesas con gran valor (y una espectacular zamorana incluida). A sus años, resulta emocionante la dignidad de César en la competencia con Moyà.

LILLE 1 - VALENCIA 1

Lille: Butelle; Beria, Rami, Chedjou, Emerson; Dumnto, Balmont (Mavuba, m. 76), Obraniak, Hazard, Aubameyang; (Frau, m. 63) y Vittek (Gervinho, m. 69). No utilizados: Oukidja; Debuchy, Vandam y Larsen Touré.

Valencia: César; Bruno, David Navarro, Maduro, Mathieu; Joaquín, Albelda, Míchel, Jordi Alba (Mata, m. 76); Miku (Banega, m. 66) y Zigic (Villa, m. 81). No utilizados: Moyà; Marchena, Pablo Hdez. y Miguel.

Goles: 0-1. M. 77. Mata, a pase de Joaquín. 1-1. M. 86. Gervinho, solo ante César tras un fallo defensivo.

Árbitro: Dan Tudor (Rumania). Amonestó a Bruno, Maduro y Balmont.

15.000 espectadores en el estadio Metropole-Lille.

El Lille mereció el empate. Se impuso, por rapidez y movilidad, en el centro del campo. También porque el joven Hazard se deslizó con elegancia por el extremo derecho, donde puso en evidencia al lateral Mathieu. Al menos hasta que entró Banega y cambió el ritmo del encuentro. El mediocentro argentino se ha hecho imprescindible para el Valencia, que lo necesita para que le marque los tiempos. Sin él, el balón le dura un suspiro al equipo. El partido le dio la razón a Emery, que no ve a Míchel de mediocentro, donde jugó ayer, sino de media punta. Fue una sombra del centrocampista que se espera de él.

El Valencia abusó de los pelotazos, enviados casi siempre por David Navarro, que no es Beckenbauer, precisamente. Quizá porque arriba esperaban la pelota dos torres como Zigic y Miku, que recibieron casi siempre en desventaja. Ninguno de los dos anduvo fino. Su juego resultó atropellado.

Como en el resto de campos de esta Liga Europa, el del Lille se llenó de árbitros -un par de ellos entrando y saliendo del terreno de juego como gran novedad- que tampoco evitaron los errores de bulto. A la primera jugada polémica, se equivocaron. Para fortuna del Valencia, que vio cómo le anulaban un tanto al conjunto francés en un ataque confuso en el que, en realidad, no hubo ninguna infracción.

Aparte de César, Joaquín fue el que salió mejor parado de toda la tropa de suplentes presentes en la alineación de Emery. El extremo gaditano tuvo un arranque fulgurante de ambos periodos, se apagó como acostumbra en el nudo de ambas partes, pero resurgió fugazmente en la acción del gol: el control y el pase definen a un jugador con unas condiciones superlativas que, lamentablemente, no siempre aprovecha. El talento no se le discute.

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