Crónica:Segunda jornada de Liga

Dos Ligas

La brecha entre el Barça y el Madrid y el resto resulta aún más evidente cuando ya resuelven sus partidos hasta con varias estrellas en el banquillo - El Valencia, que goleó en Valladolid, resiste con su excelente ataque nacional

En tiempos de crisis se refuerzan las jerarquías. Ocurre en el fútbol español, donde la brecha abierta por el Barça y el Real Madrid amenaza con poner en jaque el sistema. Ya no sólo porque han ganado 21 de las últimas 25 Ligas, sino porque ahora les vale con unos cuantos actores de reparto para resolver sus partidos. Máximo ahorro, misma eficacia. Si en Getafe el Barça administró a Messi, Iniesta, Alves y Henry -por no citar a un internacional como Busquets-, en Cornellá-El Prat el Madrid se contuvo con Cristiano Ronaldo, Raúl y Lass, a falta de Sergio Ramos y Pepe, titulares fijos cuando lle...

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En tiempos de crisis se refuerzan las jerarquías. Ocurre en el fútbol español, donde la brecha abierta por el Barça y el Real Madrid amenaza con poner en jaque el sistema. Ya no sólo porque han ganado 21 de las últimas 25 Ligas, sino porque ahora les vale con unos cuantos actores de reparto para resolver sus partidos. Máximo ahorro, misma eficacia. Si en Getafe el Barça administró a Messi, Iniesta, Alves y Henry -por no citar a un internacional como Busquets-, en Cornellá-El Prat el Madrid se contuvo con Cristiano Ronaldo, Raúl y Lass, a falta de Sergio Ramos y Pepe, titulares fijos cuando lleguen los grandes retos. Si no cambia la tendencia, la brecha es sideral. A los grandes les basta por ahora con algunos teloneros en la titularidad. Al fondo de la cuestión, resulta inevitable el eco de una posible Liga europea que acorte las distancias. En España, Barça y Madrid vuelan por libre; el resto sólo es una lejana amenaza. Por ahora, el Valencia -que ayer goleó en Valladolid de nuevo con Silva, Villa y Mata al frente- es el único que resiste el tirón, pero sus tendencias autodestructivas no le hacen del todo fiable. Salvo que alguien pueda exorcizar una institución tan tormentosa. Lo que aún parece menos probable en el Atlético, tan convulso que hasta el traspaso de un lateral del pelotón como Heitinga prende la mecha. El Calderón es un infierno: en el césped, el banquillo y el palco. No hay rincón para el sosiego.

Junto a Valencia y Atlético, el otro capaz de haber discutido la hegemonía a las dos superpotencias en las últimas 25 Ligas ha sido el Deportivo, que bastante tiene con sobrevivir en la élite con una tesorería con telarañas. Y como últimas alternativas, Sevilla y Villarreal, pero más dispuestas a decidir el pulso Barça-Madrid que a derrocar su dictadura. Si nada cambia, el debate se reducirá al manejo que hagan cada jornada Pellegrini y Guardiola de sus planes A, B o C. Máxime cuando haya, como esta semana, Liga de Campeones a la vista.

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