Reportaje:

Una pista matadora

La superficie dura del Abierto de Estados Unidos causa lesiones y la retirada de dos de los 10 mejores tenistas del 'ranking'

Ivan Lendl ya no es Terminator ni Iván el Terrible, el tenista que ganó ocho títulos grandes, tres de ellos en Nueva York: ayer cargaba penosamente una gran bolsa de deportes y una barriga imponente por el Abierto de Estados Unidos. Cojeaba. "Me he lesionado", decía cuando se le preguntaba por su nueva pasión, el golf. Enseguida, sin embargo, advertía que lo suyo no es único: "¡Aquí todo el mundo tiene algo: el codo, el hombro, la rodilla...!".

La última cita del Grand Slam es un compendio de jugadores con problemas en los abdominales, de rodillas aparatosamente vendadas, ...

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Ivan Lendl ya no es Terminator ni Iván el Terrible, el tenista que ganó ocho títulos grandes, tres de ellos en Nueva York: ayer cargaba penosamente una gran bolsa de deportes y una barriga imponente por el Abierto de Estados Unidos. Cojeaba. "Me he lesionado", decía cuando se le preguntaba por su nueva pasión, el golf. Enseguida, sin embargo, advertía que lo suyo no es único: "¡Aquí todo el mundo tiene algo: el codo, el hombro, la rodilla...!".

La última cita del Grand Slam es un compendio de jugadores con problemas en los abdominales, de rodillas aparatosamente vendadas, de tobillos hinchados, lágrimas en los ojos y retiradas: ya ha habido cuatro, entre ellas las de Davydenko y Simon, dos de los diez mejores, que no terminaron sus partidos y acabaron maldiciendo las pistas duras y su cemento, veneno para las articulaciones. Ha habido imágenes dantescas. Zvonareva lloró con las rodillas y un tobillo embalsamados mientras perdía con Penetta. Almagro y Nadal, que se enfrentó en la pasada madrugada a González, fueron atendidos al mismo tiempo por los fisioterapeutas. Y Verdasco cedió por 6-7 (2), 6-1, 5-7 y 2-6 ante Djokovic tras crisparse cada vez, tres, que le masajeaban los abdominales.

"El circuito es muy duro", resume Conchita Martínez; "este año, por primera vez, las tenistas van a tener los dos meses de parón al final de la temporada por los que se ha luchado tanto tiempo. Es lo mínimo para recuperarse y hacer una pretemporada digna". Las estadísticas reflejan un problema en el tour masculino que obliga a jugar a los mejores desde el 1 de enero al 4 de diciembre, cuando se disputa la final de la Copa Davis. En 2009, antes del Open norteamericano, se habían producido 129 retiradas. Tras todo un curso de esfuerzos, siete jugadores renunciaron al último grande por sus lesiones. Ni uno solo de los que abrieron el año entre los diez mejores, incluido Federer, han sobrevivido sin retirarse o saltarse citas por cuestiones físicas.

"El calendario", dice Adam Helfant, presidente de la ATP, "es uno de los temas que siempre salen en las conversaciones con los jugadores. No se pueden esperar cambios drásticos en 2010", cierra. Esa decisión, cómo afecta -"el nuestro es el único deporte que no cuida la salud de sus deportistas; al contrario, han aumentado los torneos sobre cemento, una superficie antinatural", cuentan fuentes cercanas a la negociación entre los tenistas y la ATP-, marcará el devenir, según Verdasco, que estará unos diez días de baja para ser operado del callo que tiene en el pie izquierdo: "¡Por supuesto que tengo que descansar!". "Aquí, todo va a depender de que a Rafa le respete el abdominal", explicó: "está tocado, pero siempre es de los más peligrosos. Le veo en la final contra Federer. Si no, Del Potro".

Fernando Verdasco, atendido por un fisioterapeuta.REUTERS

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