Una infracción urbanística provocó el reventón en la red de agua de Xàbia

Cerca de 2.000 viviendas de la zona turística del cabo de la Nau de Xàbia sumaron ayer un nuevo día sin agua potable después del reventón en la red sufrido en la tarde del jueves y que ha tenido mucho que ver con la presión urbanística que sufre el entorno. De hecho, el Ayuntamiento estudia denunciar al propietario de la zona que se aprovechó de una licencia de ampliación de su chalé para construir sin permiso un garaje que acabó por aplastar la conducción, que era ya demasiado antigua. No es un caso aislado: en la zona, repleta de urbanizaciones e inmuebles de lujo, se ha construido de forma ...

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Cerca de 2.000 viviendas de la zona turística del cabo de la Nau de Xàbia sumaron ayer un nuevo día sin agua potable después del reventón en la red sufrido en la tarde del jueves y que ha tenido mucho que ver con la presión urbanística que sufre el entorno. De hecho, el Ayuntamiento estudia denunciar al propietario de la zona que se aprovechó de una licencia de ampliación de su chalé para construir sin permiso un garaje que acabó por aplastar la conducción, que era ya demasiado antigua. No es un caso aislado: en la zona, repleta de urbanizaciones e inmuebles de lujo, se ha construido de forma masiva aprovechando unas infraestructuras hídricas instaladas hace treinta años.

Esta circunstancia complica la reparación de la avería mientras los vecinos siguen abasteciéndose con garrafas de camiones-cubas en puntos estratégicos de las cinco partidas afectadas. Los técnicos que reparan el tramo de conducción dañada, de 360 metros, se han visto con la dificultad añadida de tener que realizar un by-pass que esquive la construcción ilegal. Es muy probable que no haya agua hasta el fin de semana a menos que funcione una tubería provisional que tenía previsto instalar ayer Amjasa, concesionaria del servicio. El Ayuntamiento llamó a la solidaridad para que las urbanizaciones aún con agua dejen de regar jardines y abastecer sus piscinas, para no perder más caudales.

La desesperación cundía entre los afectados, que ayer buscaban los camiones cisterna para ducharse "porque ya estamos hartos de utilizar el agua salada del mar", denunciaba una vecina. La avería ha lastrado la imagen de una población que llevaba años sin problemas de abastecimiento y ha acarreado pérdidas económicas para la boyante hostelería de la zona.

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