Fórmula 1 en Valencia

Aficionados y curiosos calientan motores en la zona de ocio

Los seguidores salpican las gradas en el primer día de entrenamientos

Los primeros aficionados a la Fórmula 1 se dejaron ver ayer por la mañana en el circuito urbano de Valencia y en los alrededores del puerto y la playa de la Malvarrosa, volcados con la celebración del Gran Premio de Europa este fin de semana. También hubo, claro, muchos curiosos. Pasearon, se tomaron un refreso, y combatieron el tremendo calor ambiente como pudieron: abanicos, sombreros de paja y gorras de todo tipo, de todas las escuderías y de todos los colores formaban parte indispensable del atuendo de todos y cada uno.

Las elevadas temperaturas, en torno a los 33 grados, y la humed...

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Los primeros aficionados a la Fórmula 1 se dejaron ver ayer por la mañana en el circuito urbano de Valencia y en los alrededores del puerto y la playa de la Malvarrosa, volcados con la celebración del Gran Premio de Europa este fin de semana. También hubo, claro, muchos curiosos. Pasearon, se tomaron un refreso, y combatieron el tremendo calor ambiente como pudieron: abanicos, sombreros de paja y gorras de todo tipo, de todas las escuderías y de todos los colores formaban parte indispensable del atuendo de todos y cada uno.

Las elevadas temperaturas, en torno a los 33 grados, y la humedad típica del litoral valenciano, obligaban a buscar las sombras, escasas en el interior del circuito, caras en las terrazas, donde una pequeña botella de agua se paga a un euro. No es ninguna sorpresa. La Fórmula 1 es un negocio. Y un salvavidas al que se amarran estos días los bares y restaurantes de la zona.

El público, con o sin entrada para la carrera, se divierte en el Beach Park
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Los aficionados, ayer aún eran solo unos pocos, salpicaron las gradas del Valencia Street Curcuit en el primer día de entrenamientos libres. Los vecinos sin entrada más avispados abarrotaron una pequeña zona al final de la avenida del Puerto, a la izquierda de la entrada principal, por donde puede verse un tramo del trazado. Eso sí, tras la valla que rodea todo el circuito.

Claro que había más diversiones. Además del ensordecedor zumbido de los monoplaza que rodaron durante horas, el público se entretuvo en el Beach Park, una zona de ocio promovida por Valmor Sports, la empresa organizadora del Gran Premio de Europa. Es el mejor sitio donde gastar. Y el mejor rincón para publicitarse: cada espacio vende una marca: una bebida, un helado, una escudería, un evento. El espacio, abierto a todo el público tenga o no entrada para ver las carreras, se sitúa junto al circuito, en la entrada de la zona de la Malvarrosa.

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Allí uno puede tomar un refreso (a 1,50 euros, por ejemplo), un cocktail (a 5 euros) o un menú con pizza, refresco y helado incluido (a 5,90 euros), entre otras cosas. Puede también equiparse por completo para entrar al circuito con una gorra (a 6 euros), una camiseta (a 25) y hasta un reloj oficial (el de Renault, por ejemplo, a 59 euros). Los aficionados pueden probar su habilidad en un concurso en que se premia la rapidez con que uno cambia una rueda a un auténtico monoplaza de competición, pueden probar en los simuladores de Fórmula 1 instalados en el stand de la escudería Toyota y hasta realizar pruebas de conducción en una zona de entrenamiento con karting.

Hay hasta un museo de la Fórmula 1 con piezas de los pilotos españoles de la historia y un monoplaza de competición de Fórmula 3 en exposición fabricado con vegetales. El World First, así se llama el coche, está creado a base de zanahoria, soja, patatas y yute, entre otros, materiales que sustituyen a la fibra de carbono. Una apuesta tan comprometida como exclusiva por la sostenibilidad.

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