El nuevo acceso de la AP-7 a Dénia amenaza las casas señoriales

El proyecto prevé expropiar 650.000 metros cuadrados de terreno privado

Una forma de vida se encuentra amenazada en Dénia. La decisión de la Consejería de Infraestructuras de ejecutar una gran ampliación de la autovía de 3,5 kilómetros que conecta esa ciudad con el peaje de la AP-7 supondrá la expropiación de unas cuarenta fincas y viviendas, algunas de ellas centenarias, que quedarán en el paso de servidumbre del vial y podrían acabar demolidas. El Ayuntamiento se ha visto obligado a incluir el proyecto de la Generalitat en el concierto previo del futuro Plan General del municipio.

Algunos de los inmuebles afectados fueron edificados a finales del siglo XI...

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Una forma de vida se encuentra amenazada en Dénia. La decisión de la Consejería de Infraestructuras de ejecutar una gran ampliación de la autovía de 3,5 kilómetros que conecta esa ciudad con el peaje de la AP-7 supondrá la expropiación de unas cuarenta fincas y viviendas, algunas de ellas centenarias, que quedarán en el paso de servidumbre del vial y podrían acabar demolidas. El Ayuntamiento se ha visto obligado a incluir el proyecto de la Generalitat en el concierto previo del futuro Plan General del municipio.

Algunos de los inmuebles afectados fueron edificados a finales del siglo XIX, en una época de prosperidad en el que la burguesía de Dénia se enriqueció por la exportación de la uva pasa a los países anglosajones, y edificó residencias en el campo con amplias explotaciones agrícolas. Una centuria después, este paisaje rural constituye una de las imágenes culturales y turísticas de Dénia que ha contribuido a vertebrar su identidad.

Algunos de los inmuebles afectados fueron edificados en el XIX

El proyecto afecta a tres partidas rurales: Beniadlà, Torre Carrals y Pinella, y contempla una reserva viaria para la futura carretera de 175 metros de amplitud que afectaría también a terrenos agrícolas de notable valor medioambiental. De los 175 metros, 50 quedarían reservados para la nueva carretera y el resto para su área de seguridad. Los inmuebles ubicados en esta última no serían derribados pero quedarían situados en los aledaños de una autopista muy transitada y soportarían una intensa contaminación acústica.

Los residentes de estas zonas han constituido una plataforma que prepara reivindicaciones y alegaciones al proyecto redactado por la Generalitat y al Plan General del Consistorio. Advierten de que la superficie privada afectada por la expropiación suma 650.000 metros cuadrados, por lo que un 60% de los vecinos perderían todo su patrimonio. Y añaden que muchos de los inmuebles que podrían derruirse son de primera residencia.

El objetivo de la autovía es mejorar el principal acceso a Dénia. Ahora sólo tiene dos carriles unidireccionales, que soportan el tráfico de una ciudad turística, cuya población en verano supera los 100.000 habitantes. Para llegar a ella no hay prácticamente otro medio más que el coche: la red de autobús es muy deficiente y no hay ferrocarril de vía ancha.

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"Con la construcción en la zona de un nuevo hospital, la consejería considera que la actual salida de la AP-7 es insuficiente y que Dénia necesita un nuevo acceso vital para su desarrollo económico", explicó la edil de Planificación del Territorio, Pepa Font, quien anunció que se reunirá con la consejería y los vecinos para aminorar las consecuencias del proyecto.

Una zona bajo presión

El problema del proyecto de ampliación de la autovía es que llueve sobre mojado. Toda vez que otras zonas de Dénia se han visto sometidas a una presión urbanística muy intensa durante los últimos años y se encuentran casi totalmente edificadas, estas tres partidas rurales son las únicas donde pueden construirse nuevos ejes viarios fundamentales para la ciudad. Sin embargo, los mismos amenazan las últimas reservas de suelo agrícola del municipio y se ciernen sobre un entorno situado muy cerca de otra partida integrada también por casas señoriales ya en los límites con el término municipal de Ondara.

En este sentido, representantes de la nueva plataforma vecinal recuerdan que hace 13 años ya tuvieron que sufrir expropiaciones para la construcción de la actual autovía que también provocaron importantes daños patrimoniales y medioambientales. Y que más recientemente, los propietarios de la partida de Beniadlà también se vieron afectados por la expropiación de terrenos realizada para posibilitar la construcción del nuevo hospital de gestión privada.

En esa última zona rural, la gota que colmó el vaso fue la reciente decisión del Ayuntamiento de ubicar también allí la estación intermodal para el futuro tren con Valencia, tal y como constaba en el primer borrador del Plan General, si bien en este caso la presión vecinal provocó que el gobierno de la popular Ana Kringe prometiera buscar otro emplazamiento. Ante este aluvión de polémicas, tanto la entidad local de La Xara, que se encuentra en esta zona de Dénia, como los partidos de la oposición -PSPV y BNV- han anunciado alegaciones al Plan General.

Ha habido otras zonas de la ciudad de Dénia donde la creación de nuevas infraestructuras también ha desatado una honda conflictividad social. Así, el plan ideado a principios de la década para construir una autovía que uniera Dénia con Xàbia por Jesús Pobre tuvo que desecharse después de que numerosos colectivos advirtieran de sus nocivos efectos para el parque natural del Montgó.

La ampliación

- Obra. La ampliación se realizará sobre 3,5 kilómetros del vial que conecta la AP-7 con Dénia.

- Superficie afectada. Los residentes de tres partidas rurales en la población estiman que serán 650.000 los metros cuadrados afectados por la expropiación

- Viviendas. La expropiación afectará a unas cuarenta fincas y viviendas, algunas de ellas centenarias, que quedarán en el paso de servidumbre del vial y podrían acabar demolidas.

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