Cosa de dos

HOSPITAL

Un militar alemán que patrulla el gueto de Varsovia detiene a un niño judío por hacer contrabando. (No hace falta precisar si el militar pertenece a las SS o es un soldado regular: salvo para cuestiones penales, pertenecen al mismo bando, persiguen el mismo objetivo y son lo mismo). El alemán apunta con la pistola a la cara del niño, pero anuncia que le perdonará si adivina cuál es su ojo de cristal. "El izquierdo", responde el niño judío. "¿Cómo lo has adivinado?" "Porque en ese ojo hay un brillo de humanidad". El chiste, inocente y espantoso, circuló por Varsovia en 1940, según una enciclope...

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Un militar alemán que patrulla el gueto de Varsovia detiene a un niño judío por hacer contrabando. (No hace falta precisar si el militar pertenece a las SS o es un soldado regular: salvo para cuestiones penales, pertenecen al mismo bando, persiguen el mismo objetivo y son lo mismo). El alemán apunta con la pistola a la cara del niño, pero anuncia que le perdonará si adivina cuál es su ojo de cristal. "El izquierdo", responde el niño judío. "¿Cómo lo has adivinado?" "Porque en ese ojo hay un brillo de humanidad". El chiste, inocente y espantoso, circuló por Varsovia en 1940, según una enciclopedia del humor judío. Se creó, parece, en el corazón de la tragedia. Luego hubo otros sobre el exterminio. Todos mostraban un trasfondo atroz, pero no tanto como los anteriores a 1939: esos chistes, que anunciaban la llegada inminente del horror, provocan hoy un desasosiego especial. Como entonces, supongo.

En otra escala, muy otra (por favor, no confundamos), la reencarnación de Camera café se arriesga a asumir algunas de las características de los chistes judíos que circulaban por Berlín en los años treinta. No había pasado nada irreparable; en cada chiste, sin embargo, se adivinaba el miedo a lo que podía ocurrir y acabó ocurriendo.

Fibrilando, se llama el nuevo Camera café. Es lo mismo, situado en un hospital. Los anticipos colgados en la página digital de Telecinco me parecen graciosos, aunque eso, en mi caso, no tiene mérito: pónganme a Quesada apuñalando a su madre y acabo riéndome.

Puede ocurrir, creo, que los gags de Fibrilando tiendan a parecerse cada vez más a la realidad. Cuando el chiste persigue a la realidad, bien; cuando la realidad persigue al chiste, mejor largarse. Cualquier cálculo (demográfico, económico, político) indica que la sanidad pública, hoy todavía de calidad, tenderá a deteriorarse en el futuro previsible. La perspectiva puede cambiar, por supuesto, pero no cambiará mientras paguemos más a un futbolista de segunda que a un neurocirujano de primera, y más a un utillero que a un enfermero.

Otra cosa: ¿qué harán con el episodio el día en que ocurra algo como lo del bebé Rayan? ¿Lo emitirán? Tengo mis dudas.

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