indiana en la playa

EL PACHULI PERDIDO

Estirado en la playa y embargado por una melancolía vacacional de lo más absurda, me dio por pensar en las cosas que hemos perdido y que nadie sabe dónde están ahora. Los Hare Krishna, por ejemplo. ¿Cuánto tiempo hace que no se ve ninguno por la calle con su alegre y naranja jolgorio? Y mira que había. O el pachuli, ¿cuándo lo olimos por última vez? O el materialismo dialéctico, o los PNN, o Juan Salvador Gaviota. ¿Qué ha sido de todos ellos? Me puse a elaborar mentalmente una lista de pérdidas y extravíos, algo que auguro puede convertirse en el deporte del verano más allá del voley pl...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Estirado en la playa y embargado por una melancolía vacacional de lo más absurda, me dio por pensar en las cosas que hemos perdido y que nadie sabe dónde están ahora. Los Hare Krishna, por ejemplo. ¿Cuánto tiempo hace que no se ve ninguno por la calle con su alegre y naranja jolgorio? Y mira que había. O el pachuli, ¿cuándo lo olimos por última vez? O el materialismo dialéctico, o los PNN, o Juan Salvador Gaviota. ¿Qué ha sido de todos ellos? Me puse a elaborar mentalmente una lista de pérdidas y extravíos, algo que auguro puede convertirse en el deporte del verano más allá del voley playa y la halterofilia con la trilogía de Larsson.

No es que sea una idea original, qué va: estoy leyendo un libro estupendo, Lost worlds, de Michael Bywater (Granta, 2005), que se ocupa precisamente de eso, de "qué hemos perdido y dónde ha ido a parar". La culpa última se ve que la tiene la entropía. Es verdad que Bywater compiló su mucho más profunda y completa lista incluyendo conceptos filosóficos, costumbres y cosas incomprensiblemente británicas, incluidos productos alimenticios que nadie echará en falta fuera de las islas. Varias entradas de ese extravagante diccionario de pérdidas, digno a ratos de los Monty Python, son impagables: la baquelita, la caballerosidad, Ambrose Bierce, El amante de Lady Chatterley, el dodo, Dungeons & Dragons, el mecano, el pudor, el radiocasete extraíble de coche, la colonia Brut, el Skylab...

Iniciado el juego, es imposible no seguirlo. ¿Qué hemos perdido y no tenemos ni pajolera idea de adónde ha ido a parar? Ahí van unas propuestas: el UHF, el delco, Carlos Castaneda, la Mirinda, pedir a una chica (o a un chico) para salir, los jerséis Shetlands, Nicos Poulantzas, los primeros viernes, la Yenka, el cobrador del autobús, Falcon crest, los dálmatas, Frederick Forshyte, contestar "¿Sí o no?", la segunda imaginaria, el Libro rojo de Mao, el libro gordo de Petete, David Hamilton, el pelo, Donovan, la hombría, Locomotoro, la moda Gatsby, no llevar sujetador, Khalil Gibran, Ceilán, las pulseras de pelo de elefante, las sesiones dobles... Presa de una terrible sospecha -¿no era yo una de esas cosas perdidas? Y peor aún: ¿quién podría tener interés alguno en recuperarme?- rebobiné para crear una nueva lista con lo que una vez se perdió pero ha vuelto: el Toblerone, el celacanto, Retorno a Brideshead, Batman, Alain Resnais, los jedis, Jung, aquella inalcanzable chica del Friends, Schumacher, el bar Velódromo, Jean Birkin, la llegada a la Luna... Va a resultar que, excepto los calcetines, nada desaparece para siempre.

Sobre la firma

Archivado En