Las denuncias por actos vandálicos se multiplican por 12 en dos años

El Centro de Estudios Andaluces achaca el incremento al descontento social

Exclusión social, descontento y desafecto respecto a los bienes públicos y la comunidad en general. Son varios los móviles que se arguyeron ayer en el Centro de Estudios Andaluces para explicar las causas del vandalismo urbano en la región, que en los últimos años ha crecido vertiginosamente; si en Sevilla el servicio de emergencias recibió 222 llamadas en 2002 para denunciar incidencias de esta índole, en 2007 la cifra se elevó hasta 2.637.

Así lo confirmó ayer un estudio realizado por Francisco Aix García y Mario Jordi Sánchez, profesores de las universidades de Sevilla y Pablo Olavid...

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Exclusión social, descontento y desafecto respecto a los bienes públicos y la comunidad en general. Son varios los móviles que se arguyeron ayer en el Centro de Estudios Andaluces para explicar las causas del vandalismo urbano en la región, que en los últimos años ha crecido vertiginosamente; si en Sevilla el servicio de emergencias recibió 222 llamadas en 2002 para denunciar incidencias de esta índole, en 2007 la cifra se elevó hasta 2.637.

Así lo confirmó ayer un estudio realizado por Francisco Aix García y Mario Jordi Sánchez, profesores de las universidades de Sevilla y Pablo Olavide, respectivamente, que pretende abordar el vandalismo en las grandes ciudades andaluzas, "no desde un análisis criminológico, sino como un hecho social", según Aix.

"Con la presión policial no se soluciona nada", dicen los expertos

El estudio trata de encontrar las causas que generan este tipo de acciones, y a qué elementos van dirigidas. Frente a la teoría de que son un acto de gamberrismo sin más, "lo cual lleva a las administraciones a limitar su acción a la presión policial y de vigilancia, y eso no soluciona nada", los dos profesores consideran que existe una gran heterogeneidad y variabilidad en los actos vandálicos, por lo que cada caso debe tratarse individualmente.

Según Aix Garcia, "los espacios públicos cada vez están más mercantilizados" y muchos adolescentes, principal grupo poblacional vandálico, "se rebelan contra eso porque se sienten excluidos. Sienten entonces aversión al propio espacio, y la necesidad de deconstruirlo, ya sea pintándolo, rompiéndolo".

Otros emplean el vandalismo "como forma de expresión, de dejar su huella", al margen de los canales habituales.

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En cuanto a la metodología, los autores realizaron el trabajo de campo para su investigación en algunos barrios de Sevilla, Málaga, Cádiz y Córdoba, tanto en la periferia como en el centro. "En contra de lo que se pueda pensar, el vandalismo no es exclusivo de los barrios marginales de las afueras. El centro es un gran foco de actos vandálicos, porque responde más a esta sensación de mercantilización. El propio habitante de la ciudad se siente un turista".

El crecimiento del vandalismo se ha dado en todas las ciudades andaluzas a partir de 2005. Según los autores del estudio, los motivos pueden estar en el "efecto llamada" de las revueltas de París de ese año y en el descontento por la crisis.

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