Reportaje:ECONOMÍA GLOBAL

Peligro en Letonia

El país báltico afronta un riesgo serio de bancarrota, que sería la primera de un miembro de la UE

¿Bancarrota, colapso financiero? La Unión Europea siempre ha sido sinónimo de estabilidad económica, y éste fue el principal reclamo para que los países de Europa del Este, deseosos de entrar en la senda del desarrollo, se decidieran a entrar en el club de las economías más poderosas del continente. No obstante, la crisis lo ha puesto todo en duda. Esta semana ha llegado la alarma desde Letonia, miembro de la UE desde 2004 y que ahora está al borde de la bancarrota. Su caída puede contagiar a sus vecinos e incluso amenaza con extenderse a los maltrechos sistemas financieros de la ...

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¿Bancarrota, colapso financiero? La Unión Europea siempre ha sido sinónimo de estabilidad económica, y éste fue el principal reclamo para que los países de Europa del Este, deseosos de entrar en la senda del desarrollo, se decidieran a entrar en el club de las economías más poderosas del continente. No obstante, la crisis lo ha puesto todo en duda. Esta semana ha llegado la alarma desde Letonia, miembro de la UE desde 2004 y que ahora está al borde de la bancarrota. Su caída puede contagiar a sus vecinos e incluso amenaza con extenderse a los maltrechos sistemas financieros de la vieja Europa.

La semana pasada, Eurostat hacía oficial que entre enero y marzo el PIB letón cayó un 11,2% en relación con el último trimestre del año pasado, un 18,6% en términos anualizados. Para el total del año, las previsiones de los analistas oscilan entre el 20% de caída en los más optimistas y el 30% para los más pesimistas. El principal problema de Letonia es la sobrevaloración de su moneda. Los expertos -entre los que se encuentran los principales bancos de inversión- señalan que la búsqueda del lat como moneda refugio ante la inestabilidad internacional generó una sobrevaloración de la divisa letona, como mínimo, del 30%.

La sensación generalizada es que habrá una devaluación del lat

Hace un año esta situación generó una gran liquidez en el mercado local, aunque paralelamente -junto a la crisis de la economía real- fue mermando la capacidad productiva letona. El alto valor del lat frenó las exportaciones y alentó las importaciones, haciendo a la economía inviable y restándole toda su competitividad ante sus socios europeos. Con la crisis desatada, la liquidez se ha acabado, los inversores en divisas han abandonado el país y el Ejecutivo se ha quedado sin dinero para pagar sus cuentas y su abultada deuda internacional.

Sólo un dato: Fitch Ratings estima que la deuda externa con vencimiento en 2009 es igual al 320% de sus reservas de divisas. Pero no es todo. En una subasta del 3 de junio, el Ejecutivo no logró vender ninguna de sus letras del tesoro por valor conjunto de 100 millones de dólares. La poca credibilidad del Ejecutivo, sus escasos esfuerzos para recortar costes y la sensación generalizada de que la devaluación de su moneda es inminente hicieron fracasar la operación. Sin financiación propia, Letonia ha vuelto la vista hacia las instituciones internacionales.

En estos momentos negocia para impedir la paralización del préstamo que el FMI y la UE le concedieron en diciembre por 7.500 millones de euros. En verano esperaban recibir unos 1.200 millones para estabilizar su balanza de pagos, pero se les han pedido mayores esfuerzos en los recortes presupuestarios. Este año se espera que el déficit alcance el 11,6% del PIB, más del doble de la cifra exigida por el FMI. Por ello, esta semana el Parlamento letón ha aprobado los presupuestos del próximo año, con recortes del 20% en el sueldo de los empleados públicos y del 10% en las pensiones.

En cualquier caso y a pesar de que todos los manuales de economía liberal apuntan a una devaluación urgente similar a la que sufrió Argentina en 2001, el Ejecutivo se niega a reconocer el desplome. Esta estrategia está en parte avalada por los organismos internacionales, que temen una caída de efecto dominó de vecinos como Lituania o Estonia, que también tienen cambio fijo en sus monedas y podrían forzar una devaluación masiva con insospechadas consecuencias en el sistema financiero de Europa occidental. De momento, los más expuestos son los bancos daneses, que tienen comprometidos 75.000 millones de euros en Letonia, pero la exposición de todos los bancos occidentales en la región podría alcanzar los 1,3 billones de euros. -

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