El banquero, la amante y un millón de dólares

Édouard Stern apareció muerto con un traje de sadomasoquista. Sarkozy y Laurent Fabius estaban entre sus amigos

A Édouard Stern le conocían como el Mozart de las altas finanzas. Su nombre figuraba en todas las listas de personajes influyentes de Europa. Ocupaba el puesto 38 en la lista de los más ricos de Francia. Y en su círculo de amistades estaba Nicolas Sarkozy -que como ministro de Interior le consiguió un permiso especial de armas- y Laurent Fabius, además de personas influyentes en el Kremlin y en los más cerrados círculos de las finanzas internacionales. Por si fuera poco, Édouard era bien parecido. A sus 50 años, su fama de conquistador iba en aumento tras divorciarse de Béatrice David-Weill, c...

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A Édouard Stern le conocían como el Mozart de las altas finanzas. Su nombre figuraba en todas las listas de personajes influyentes de Europa. Ocupaba el puesto 38 en la lista de los más ricos de Francia. Y en su círculo de amistades estaba Nicolas Sarkozy -que como ministro de Interior le consiguió un permiso especial de armas- y Laurent Fabius, además de personas influyentes en el Kremlin y en los más cerrados círculos de las finanzas internacionales. Por si fuera poco, Édouard era bien parecido. A sus 50 años, su fama de conquistador iba en aumento tras divorciarse de Béatrice David-Weill, con quien tuvo tres hijos. Pero la vida de este triunfador se truncó el 1 de marzo de 2005. La policía suiza encontró su cadáver en su lujoso apartamento de Ginebra con cuatro balazos, dos de ellos en la cabeza. Vestía un traje de látex del que colgaban vibradores de diversos tamaños.

Esta semana ha comenzado en ginebra un juicio que destapa su vida

La historia parece sacada de un guión de cine en el que hay glamour, dinero, sexo, corrupción y poder. De hecho, la vida del banquero será llevada a la pantalla por el director francés Olivier Assayas. La real se está juzgando desde el pasado miércoles en un tribunal de Ginebra.

En el banco de los acusados se sienta Cécile Brossard, de 40 años, artista de dudoso talento y amante del empresario durante un lustro. Brossard conoció a Stern en una cena en París. Pronto se hicieron amantes. Él le prometió matrimonio. Pero ella, harta de que no cumpliera su promesa y de que se negara a darle un millón de dólares para asegurar su futuro -"un millón es demasiado dinero para una puta"-, decidió acabar con Stern.

Cécile confesó. Tras disparar a su amante, durante una sesión de sado, tiró el arma a un lago. Cécile ha pasado los últimos años en la prisión femenina de Champ Dollon, cerca de Ginebra. En abril de 2008 intentó suicidarse y desde entonces se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico.

Con su confesión se acabaron las especulaciones. Según los periodistas de La Tribune de Genève Alain Jourdan y Valérie Dubry, autores del libro Muerte de un banquero, en un primer momento la policía barajó la posibilidad de que se tratase de un asesinato por encargo de la mafia rusa, país con el que Stern mantenía estrechos contactos comerciales.

"Stern tenía relaciones e intereses con el Banco Menatep, que era la entidad financiera de la petrolera Yukos", comentó a este diario Alain Jourdan. "Sus amigos y colaboradores en Rusia se movían al más alto nivel, hasta llegar al Kremlin". Pero la tesis de muerte por "contrato ruso" fue desechada tras la confesión de Cécile Brossard. Fue una muerte pasional, una venganza por un millón de dólares.

Según la ley suiza, un crimen pasional implica una emoción violenta y un desorden que hacen que las circunstancias del crimen puedan excusarse. El jurado va a considerar entonces si en las mismas circunstancias cualquier persona hubiera podido actuar de la misma manera que lo hizo la amante despechada.

Contra esta tesis trabajará el abogado de la familia Stern, Marc Bonnant, toda una celebridad por derecho propio y presencia habitual de las tertulias televisivas. El tribunal, formado por 12 miembros presididos por la juez Alessandra Cambi Favre-Bulle, deberá pronunciarse antes del 19 de junio.

El financiero francés Édouard Stern.EFE
Mathilde, hija de Édouard Stern (izquierda), y Béatrice, su ex mujer, el pasado jueves en Ginebra.AFP

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