Reportaje:

El Camp Nou enmudece de pronto

El barcelonismo ve aguada su fiesta cuando ya se había echado a la calle

Habría sido la repanocha. El Big Bang. El Camp Nou habría estallado. Cinco mil aficionados estaban viendo el partido en la plaza de Catalunya. Bares a tope. Ya había gente en Canaletes. Pero el cava sigue en la nevera y los petardos esperando otra ocasión. Un chasco brutal. La Liga todavía se puede ganar, pero la fiesta no será igual. El desencanto tomó el Camp Nou en el minuto 90. Se quedó helado, mudo, al ver como el Villarreal le aguaba la fiesta con el tercer gol.

El segundo tanto del Villarreal había añadido emoción a un partido que en el descanso se daba por ganado. Jugando...

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Habría sido la repanocha. El Big Bang. El Camp Nou habría estallado. Cinco mil aficionados estaban viendo el partido en la plaza de Catalunya. Bares a tope. Ya había gente en Canaletes. Pero el cava sigue en la nevera y los petardos esperando otra ocasión. Un chasco brutal. La Liga todavía se puede ganar, pero la fiesta no será igual. El desencanto tomó el Camp Nou en el minuto 90. Se quedó helado, mudo, al ver como el Villarreal le aguaba la fiesta con el tercer gol.

El segundo tanto del Villarreal había añadido emoción a un partido que en el descanso se daba por ganado. Jugando el Barça con diez, los casi 100.000 espectadores pasaron el último cuarto de hora con la espalda despegada del respaldo, tiesos de puros nervios. Pero sin dejar de animar, de hacer la ola, a punto para pegar el brinco de alegría que llevaban esperando hacer, en casa y con el equipo, desde que comenzó la borrachera de alegrías azulgrana el pasado sábado con la goleada al Madrid en el Bernabéu y continuó el miércoles con la clasificación ante el Chelsea en Londres.

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El presidente, Joan Laporta, intentó ser positivo: "No ha podido ser. El fútbol tiene estas cosas. El otro día nosotros hicimos el gol en el último minuto. Hoy nos ha pasado a nosotros. Tendremos que esperar, pero tenemos la Liga muy cerca", se consoló. Diez minutos después de terminado el partido no quedaba nadie en la grada. La gente desfiló en silencio. Hay cosas peores, pero vaya mal rollo.

Todos, con camisetas

Final inesperado para una tarde en que el Camp Nou se llenó, por fin, en una temporada en la que la asistencia no ha estado a la altura del juego azulgrana. De media no ha alcanzado el 70%. Ayer estaba hasta arriba: 95.775 personas con ganas de llevarse el título. El entrenador, Pep Guardiola, se ha pasado el curso llamando a los socios a llenar el campo. Arropado, se juega mejor, suele decir. "No quiero ni un asiento vacío", ordenó el sábado. La afición recibió al equipo como había pedido Guardiola: luciendo su camiseta. De hecho, en la última semana han aparecido por toda la ciudad, del metro a los mercados pasando por la universidad: los culés han sacado el orgullo a pasear.

La de ayer habría sido la sexta Liga ganada por el Barça en el Camp Nou. La última fue en 1998, cuando cuando los jugadores de Louis van Gaal lograron el campeonato en la 34ª jornada ganando por la mínima al Zaragoza. Fue una temporada en la que la Liga se alcanzó confortablemente, a cuatro partidos del final. El 18 de abril. Once días después, el 29, el equipo consiguió la Copa.

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