Y PARECÍAN TONTOS
Lo más relevante de este disco son sus peores temas. Hacia el final de este notable álbum, cuando piensas
de nuevo en la indestructibilidad de los de Basildon, en su capacidad para cambiarlo todo para que todo sea igual, de construir estribillos que enamoran pero eres incapaz de tararear, aparece el sopor. La voz suena a metrónomo y la música es un chiste contado varias veces. Es entonces cuando descubres la belleza del piloto automático, lo irresistible de una banda tan inteligente que, cuando se ve perdida, te mete un valium en la bebida y, a base de letanía, te convence de
qu...
Lo más relevante de este disco son sus peores temas. Hacia el final de este notable álbum, cuando piensas
de nuevo en la indestructibilidad de los de Basildon, en su capacidad para cambiarlo todo para que todo sea igual, de construir estribillos que enamoran pero eres incapaz de tararear, aparece el sopor. La voz suena a metrónomo y la música es un chiste contado varias veces. Es entonces cuando descubres la belleza del piloto automático, lo irresistible de una banda tan inteligente que, cuando se ve perdida, te mete un valium en la bebida y, a base de letanía, te convence de
que son una brillante idea. El genio deja lugar a la sabiduría. Hace 15 años, la cosa habría acabado en desastre. Hoy, la necesidad es virtud. Más que bueno o malo, es Depeche Mode. Y eso es, simplemente,
especial.