El Liverpool ata a Benítez

Nada más entrar en la tienda oficial del Liverpool cerca de los muelles Albert Dock, al cliente le recibía un póster gigante de Steven Gerrard con los brazos cruzados y mirada desafiante. Superado el capitán y dos pasos más allá, le encimaba la cara de Rafa Benítez con una sonrisa de oreja a oreja. "Parece que siempre está enfadado, pero tiene el típico humor británico que tanto nos gusta a los ingleses", le reconocía Roy Evans, ex técnico del Liverpool de 1993 a 1998 y trabajador del club por más de 30 años, antes de medirse y apalizar (5-0 en la eliminatoria) al Madrid en los octavos de fina...

Nada más entrar en la tienda oficial del Liverpool cerca de los muelles Albert Dock, al cliente le recibía un póster gigante de Steven Gerrard con los brazos cruzados y mirada desafiante. Superado el capitán y dos pasos más allá, le encimaba la cara de Rafa Benítez con una sonrisa de oreja a oreja. "Parece que siempre está enfadado, pero tiene el típico humor británico que tanto nos gusta a los ingleses", le reconocía Roy Evans, ex técnico del Liverpool de 1993 a 1998 y trabajador del club por más de 30 años, antes de medirse y apalizar (5-0 en la eliminatoria) al Madrid en los octavos de final de la Copa de Europa. Benítez ya sonríe con más motivo; anoche renovó con el Liverpool hasta 2014, dando carpetazo a los rumores que siseaban por Anfield y que le situaban lejos del club al finalizar la temporada y no en 2010, cuando concluía su contrato actual. Benítez puede con todo.

"Estoy entusiasmado. Amo al club, la ciudad y los aficionados", dijo eufórico el madrileño

Desde diciembre de 2007, poco después de que los estadounidenses George Gillet y Tom Hicks compraran el Liverpool, Benítez estaba en entredicho. Y todo era un lío tremendo porque los propietarios no se soportaban entre sí, Hicks no tragaba a Benítez y Gillet no tenía claro que Rafa fuera el entrenador idóneo. "Esto revienta a la afición", convenía Evans, "que siempre se posiciona con Benítez". Rafa siguió a lo suyo, siempre pidiendo jugadores nuevos -muchos españoles, como los que actualmente juegan: Torres, Arbeloa, Alonso, Reina y Riera- pero sin palabras fuera de tono. Un año después, los magnates reds iniciaron conversaciones con Jürgen Klinsmann, ahora en el Bayern, para relevarle. Benítez ni se inmutó. "Amo al club, los aficionados y la ciudad. Nunca podría decir que no a cumplir una década en el club [llegó al Liverpool en 2004]", aseguró ayer el técnico; "Mi corazón es del Liverpool y estoy entusiasmado con el nuevo contrato".

Las zurras al Madrid y al Manchester (1-4 en Old Trafford el pasado sábado) han animado a Gillet y Hicks. "Es maravilloso que Rafa se quede. Desde que es responsable del club, hemos mejorado mucho y sé que obtendremos más éxitos gracias a su hambre por lograrlo", reconoció Hicks. "Rafa tiene habilidades y cualidades que se admiran en el mundo entero", añadió Gillet. Benítez recogió el testigo: "El Liverpool es respetado por sus méritos y su herencia. Espero continuar con sus valores y crear nuevos capítulos en la historia del club". El técnico, de momento, ya ha conseguido como red una Liga de Campeones (2005) y otra final (2007), una FA Cup (2006), una Community Shield (2006) y una Supercopa de Europa (2005). Ahora, apunta a la Champions -está en los cuartos de final- y a la Liga -segundo y a cuatro puntos del Manchester, que lleva un partido menos. "Es la asignatura pendiente", recuerda el técnico. Con Rafa nunca se sabe; puede con todos.