ISLANDIA | Primer plano

El peligro de crecer demasiado

Imagínese que, de un día para otro, los bancos más importantes de España desaparecen dejando una deuda de cuatro billones de euros, cuatro veces el producto interior bruto (PIB), que el Ibex 35 pierde el 85% de su valor y que uno de cada tres españoles piensa en emigrar.

Difícil de creer, incluso en estos tiempos de incertidumbre financiera, pero una catástrofe así ha castigado Islandia, donde los bancos Glitnir, Landsbanki y

Kaupthing se declararon insolventes en octubre pasado. Entre los tres acumulaban una deuda superior a 60.000 millones de euros, cifra descomunal para un paí...

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Imagínese que, de un día para otro, los bancos más importantes de España desaparecen dejando una deuda de cuatro billones de euros, cuatro veces el producto interior bruto (PIB), que el Ibex 35 pierde el 85% de su valor y que uno de cada tres españoles piensa en emigrar.

Difícil de creer, incluso en estos tiempos de incertidumbre financiera, pero una catástrofe así ha castigado Islandia, donde los bancos Glitnir, Landsbanki y

Kaupthing se declararon insolventes en octubre pasado. Entre los tres acumulaban una deuda superior a 60.000 millones de euros, cifra descomunal para un país de sólo 300.000 habitantes que anualmente produce bienes y servicios por valor de 14.000 millones. La banca islandesa había protagonizado en años previos una vertiginosa expansión internacional, comprando a diestro y siniestro activos que acabaron siendo su ruina. Nacionalizar fue la solución. El Banco Central reemplazó los bancos hundidos con tres nuevas entidades, que se hicieron cargo de las deudas de sus antecesoras. Tras intervenir, el pasado martes, el último banco que quedaba en manos privadas, el Gobierno de Reikiavik ya controla todo el sistema financiero. La firma británica Hawkpoint Partners se encargará de negociar con los acreedores. El ministro de Negocios, Gylfi Magnusson, declaró esta semana que el plan es ofrecer a los acreedores participaciones en los tres nuevos bancos y pedirles que acepten una prórroga en el pago de sus obligaciones.

Los efectos de la crisis son devastadores. El FMI, que ha concedido un préstamo a Islandia de 5.100 millones para salvar la economía, calcula que el PIB del país nórdico retrocederá un 10% este año como consecuencia del hundimiento del consumo y la inversión.

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