Crónica:27ª jornada de Liga

Pablo indulta a Emery

Un gol de vaselina del extremo castellonense permite empatar al Valencia ante un flojo Recreativo

La pregunta es inevitable. ¿Por qué ha estado condenado Pablo Hernández tantos meses al ostracismo? Nadie lo entiende después de que ayer su fútbol punzante por la banda derecha sirviera para que el Valencia, con diez jugadores por la expulsión de Marchena, salvara los muebles ante el Recreativo. En el momento en que Emery aireó el equipo con los jóvenes (Michel y Pablo Hernández), el Valencia cambió completamente la cara, mucho más agradable para los aficionados. A Unai Emery le pesa la jerarquía del vestuario y sigue alineando a la vieja guardia. El Recre empató con lo mínimo. Le bastó encer...

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La pregunta es inevitable. ¿Por qué ha estado condenado Pablo Hernández tantos meses al ostracismo? Nadie lo entiende después de que ayer su fútbol punzante por la banda derecha sirviera para que el Valencia, con diez jugadores por la expulsión de Marchena, salvara los muebles ante el Recreativo. En el momento en que Emery aireó el equipo con los jóvenes (Michel y Pablo Hernández), el Valencia cambió completamente la cara, mucho más agradable para los aficionados. A Unai Emery le pesa la jerarquía del vestuario y sigue alineando a la vieja guardia. El Recre empató con lo mínimo. Le bastó encerrarse y aprovechar la velocidad y la habilidad de Camuñas y Colunga. Nada más.

El ambiente festivo destensó al equipo de Emery, que comenzó más alegre que de costumbre. Diez minutos. A partir de ahí, Albelda, Baraja y Edu formaron un triángulo mortecino en el centro del campo que lastró de manera desesperante el juego del Valencia. Lento, previsible e impreciso. El público cargó especialmente contra Edu, que arrastra una mala forma desde el siglo pasado. Lógico: sale de una lesión y cae en otra. Tampoco es que el talento se desborde en el banquillo, pero algo tendrá que inventar Emery, que no ventila el equipo ni a tiros. Otro fracaso del técnico fue la apuesta de los tres zurdos (Silva, Mata y Vicente) en una línea atacante de tres. Sólo Vicente alcanzó un par de veces la línea de fondo, que fue lo máximo que ofreció el pobrísimo ataque valencianista en la primera parte. El equipo no daba sensación de poder marcar ni en un año y la grada le despidió con una bronca muy merecida.

VALENCIA 1 - RECREATIVO 1

Valencia: César; Raúl Albiol, Marchena, Alexis, Moretti; Albelda, Baraja (Pablo, m. 61) Edu (Michel, m. 66); Silva, Vicente (Morientes, m. 75) y Mata. No utilizados: Guaita; Del Horno, Maduro y Manuel Fernandes.

Recreativo: Riesgo; Nef, Morris, Bouzón, Casado; Barber; Camuñas (Akalé, m. 89), J. Fuego (Nayar, m. 72), J. Vázquez, Aitor (Maidana, m. 86); y Colunga. No utilizados: Roberto; Poli, Lamas y Marcos Ruben.

Goles: 0-1. M. 55. Camuñas pelea un balón dividido y sobrepasa a César. 1-1. M. 83. Pablo, de vaselina sobre Riesgo.

Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Baraja, Barber, Albelda, Adrián Colunga, Nayar. Expulsó, por doble tarjeta amarilla, a Marchena (m. 76).

30.000 espectadores en Mestalla.

Al técnico valencianista le pesa la jerarquía del vestuario y sigue con la vieja guardia
Al cuadro onubense le bastó encerrarse y aprovechar la velocidad de Camuñas y Colunga

El Recreativo sabía qué partido le interesaba. El de cerrarse lo mejor posible y aprovechar los espacios a la contra, para lo que tiene dos balas: Camuñas y Colunga. Este último se zafó como un diablillo tanto de Alexis como de Marchena, atisbó la portería y envió el balón al palo izquierdo de César. Fue lo más cerca que anduvo de marcar el Recre, que tampoco es que fuera sobrado. Ni mucho ni poco. Claro que, en su caso, el empate no le tenía por qué poner nervioso. Justamente lo que le sucedía al Valencia, que se fue al descanso con las pulsaciones disparadas. Y la confianza por los suelos.

Emery, sin embargo, decidió mantener a los mismos tras el descanso. Como si estuviera satisfecho. Quien sí lo estaba era, en realidad, Lucas Alcaraz, que vio cómo Camuñas se infiltraba entre Marchena y Alexis, metía la rodilla entre ambos y marcaba propiciando un chillido aterrorizado desde la grada. Sólo así reaccionó Emery, que retiró a Baraja para dar bola al muy marginado Pablo Hernández.

La entrada de Pablo permitió al Valencia abrir el campo a la derecha, algo tan sencillo como necesario. El público se animó y llegaron algunas ocasiones. También por la irrupción de Michel, otra bocanada de aire fresco. La pregunta es por qué tardó tanto Emery en darse cuenta. El caso es que, cuando mejor estaba el Valencia, peor se le puso con la expulsión de Marchena, que cerró en falta una contra. Pero a Pablo le quedaba una gran jugada en la cabeza: una vaselina sublime desde el carril del ocho que superó a Riesgo.

Vicente dispara entre Aitor y Nef con Moretti expectante.MÓNICA TORRES

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